En la mayoría de los trabajos muchos supervisores hacen promesas que nunca cumplen, desmotivando a los empleados de las empresas, causando que la producción disminuya y baje de calidad. (FOTO --)
Artículo dirigido a los nuevos supervisores de las empresas
Este artículo va dirigido para aquellas personas que han ascendido en sus puestos laborales. Antes de empezar con el puesto tan ansiado por muchos: el de “jefe”, es de vital importancia tomar nota de las malas actitudes que se podrían ejercer al convertirse en el “superior” de muchos.
Estas actitudes afectan la correcta gestión empresarial, ya que causa que los empleados trabajen desanimados y en algunos casos lleguen a desconfiar de los “jefes”.
Estas son algunas de las malas actitudes:
1. Incumplimiento de promesas: Aunque es una estrategia común que al inicio el empleador sale victorioso, los resultados son frustración del empleado y arruina la relación laboral. En este caso si hay incertidumbre de cumplir con lo pactado es mejor guardar silencio.
2. Evitar las comparaciones entre empleados: Esta actitud no es buena ya que causa un doble impacto: la primera, bajar la moral y humilla al empleado. Es mejor evitar el “favoritismo”.
3. No al control excesivo: Tener un control excesivo en los empleados envía el mensaje de que son incapaces de hacer cualquier tarea, es importante confiar en los trabajadores.
4. Falta de comunicación: Si el jefe no es accesible con sus subordinados no funcionará en el puesto.
5. Apropiarse de las ideas ajenas: algunos jefes suelen propiciar la lluvia de ideas para robar proyectos o iniciativas de sus subordinados. Esta práctica, además de desleal, enfurece y desmotiva a los empleados.
Fuente: www.yahootelemundo.com