El mandatario aseguró que el gobierno hará todo lo que está en su poder para garantizar la seguridad de cada familia norteamericana y de Estados Unidos. (FOTO ARCHIVO)
Vengan de donde vengan
WASHINGTON.- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, prometió luchar contra los terroristas que complotan contra el país, vengan de donde vengan, de Afganistán o Pakistán, de Yemen o Somalia, y dar con todos los responsables del fallido atentado del día de Navidad, cuya autoría fue reivindicada hoy por Al Qaeda.
Tres días después del atentado frustrado contra un avión de Delta Airlines-Northwest que cubría la línea entre Amsterdam y Detroit, Obama compareció ante los medios para hacer desde la base de Kanehoe en Hawai, donde pasa unos días de vacaciones con su familia, su primera declaración pública acerca de lo ocurrido.
El mandatario aseguró que el gobierno hará todo lo que está en su poder para garantizar la seguridad de cada familia norteamericana y de Estados Unidos.
Este atentado fallido "nos recuerda los peligros que tenemos delante", remarcó Obama, quien afirmó con firmeza que Estados Unidos usará todos los recursos en su poder contra los enemigos, vengan de donde vengan, que complotan "para organizar atentados contra el suelo norteamericano".
"No tenemos aún todas las respuestas a este último intento, pero todo aquel que mata a hombres, mujeres y niños inocentes debe saber que Estados Unidos no se limita a reforzar sus defensas en su interior", dijo el presidente, quien no mencionó en ningún momento a Al Qaida durante su declaración.
Tras indicar que su gobierno y él no descansarán hasta que no se hayan encontrado todos los implicados y sean llevados ante la justicia, Obama pidió a los estadounidenses que estén "vigilantes" pero también que "tengan confianza".
El presidente anunció también haber pedido una vasta revisión de las medidas de seguridad en los aeropuertos y una intensificación de la vigilancia.
El fallido atentado llevado a cabo por un nigeriano de 23 años el día de Navidad puso sobre el tapete nuevamente la cuestión de las medidas de seguridad en aeropuertos y vuelos, ocho años después de los atentados del 11 de septiembre.