A inicios de año en la Franja de Gaza, ubicado en Medio Oriente se protagonizó un hecho sangriento, en la cual murieron 1,400 palestinos en su mayoría civiles y más de cinco mil heridos, según reporta la organización israelí de derechos humanos B' Tselem.

Esa guerra durante 22 días, en ese periodo Israel prohibió la entrada a los reporteros y las únicas fuentes de información útiles para los periodistas fueron los médicos, quienes sabían cuántos civiles y cuántos milicianos llegaban al hospital, qué tipo de heridas tenían las víctimas y por tanto qué tipo de armas utilizó el Ejército israelí.

El conflicto se dio, según los analistas, porque Israel trató con una operación militar de recuperar su poder de disuasión frente a Hamás.

La Franja de Gaza es una estrecha franja de tierra situada en el Oriente Próximo, al suroeste de Israel y al noreste de la península del Sinaí de Egipto, y que junto con Cisjordania forma los llamados Territorios Palestinos.

La ofensiva inició el 27 de diciembre del 2008, cuando aviones israelíes efectuaron intensos bombardeos contra edificios de seguridad e instalaciones policiales de Hamás.

Después de ocho días, Israel amplió su ofensiva e introdujo fuerzas terrestres que llegaron a las principales aldeas y ciudades. En la incursión, a la que se sumaron bombardeos desde el mar, fueron alcanzados centros hospitalarios, sedes de organismos internacionales y cientos de edificios de viviendas.

La “masacre”, concluyó el 18 de enero. Los observadores locales describen la ofensiva como las "más sangrienta" de las últimas cuatro décadas del conflicto palestino-israelí y afirman que tanto Hamás como el Estado judío fracasaron en sus objetivos.