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ACTUALIZADo 16 de enero de 2009
El cementerio, la funeraria y el crematorio
Prof. Christian Cazabonne*
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Las autoridades del cementerio, del estado civil y de la funeraria llegaron puntual a las 8 de la mañana, enseguida fuimos a la tumba y se procedió a la exhumación. (FOTO)

Cuando salí me retiré a una zona solitaria mientras esperábamos las cenizas, que por cierto todo el proceso se tardó dos horas

Hoy, viernes 19 de diciembre de 2008 fuimos desde Béziers al cementerio Saint Lazare de Montpellier, para la exhumación y cremación de mi hijo Christophe, quien padecía de cáncer y falleció el sábado 18 de octubre de 2003. Sólo tenía 35 años.

Las autoridades del cementerio, del estado civil y de la funeraria llegaron puntual a las 8 de la mañana, enseguida fuimos a la tumba y se procedió a la exhumación. Luego fuimos en caravana al cementerio de Gramond donde se procedió a la cremación. Para lo cual nos pasaron a una sala de proyección donde nos enseñaron un video con música sentimental y un narrador que recitó un poema también sentimental, al final proyectaron la urna donde se veía el nombre de mi hijo antes de meterla en el horno crematorio, ya que en Francia está prohibido presenciar directamente la cremación.

Cuando salí me retiré a una zona solitaria mientras esperábamos las cenizas, que por cierto todo el proceso se tardó dos horas. Por más que me hacía el fuerte y pensaba en aquello de que los hombres no lloran, no resultó: lloré. En cuestiones de minutos pasaron por mi mente todos lo vivido con mi hijo desde su nacimiento en la clínica Razetti de Caracas-Venezuela, y lo más impresionante fue cuando me entregaron “el paquete” con las cenizas, lo llevada en los brazos igual que cuando era sólo un bebé, era mi pelirrojo no es justo que esa “modite maladie” me lo haya quitado.

Menos mal que fui con mi otro hijo Chrislain y la viuda Renée, ya que era casado, porque sólo no hubiera podido ir manejando de regreso a casa.
¿Qué voy hacer con las cenizas? Me preguntaron varias personas, pues ya lo hice, las coloqué en un pequeño altar que monté en mi cuarto. Que eso es malo, me dijeron algunas personas, pues no lo es, además ese es mi problema, les contesté. Parece un poco grosera la respuesta, pero me salió así.

En la noche se me ocurrió una idea acerca de la vida, “para mi la vida es como una luz pasajera dentro de una oscuridad eterna”.

También estoy de acuerdo con aquellos que piensan que “la vida es un instante entre dos nada”, nada antes de nacer y nada después de muerto. Esta es la cruda realidad, la cual no es aceptada por la mayoría de la gente, ya que piensan que hay vida después de la muerte.

*e-mail: prof.cazabonne@hotmail.fr

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