Dijo que el plan de reactivación económica cuenta con el respaldo de "dirigentes empresariales, sindicatos, la Cámara de Comercio, la asociación nacional de manufactureros, demócratas y republicanos, alcaldes y gobernadores". (FOTO ANSA)
Obama sostuvo que la iniciativa marca el comienzo del "difícil trabajo de cumplir" su promesa electoral
WASHINGTON.- El presidente norteamericano, Barack Obama, firmó la ley de reactivación económica de 787 mil millones de dólares, que a través de inversiones en obras públicas y la rebaja de impuestos busca crear más de 3 millones de empleos y sacar a su país de la recesión.
"No quiero pretender que este es el final de nuestros problemas económicos, no es el único remedio para arreglar la economía, pero es el principio del fin", dijo Obama durante una ceremonia en Denver, Colorado, donde viajó para firmar la primera ley de carácter económico desde que asumió su mandato hace casi un mes.
Obama sostuvo que la iniciativa marca el comienzo del "difícil trabajo de cumplir" su promesa electoral que consiste en "mantener vivo el sueño estadounidense durante nuestro tiempo".
"Es el comienzo de los primeros pasos para darle una base firme a nuestra economía, allanando el camino para el crecimiento y la prosperidad a largo plazo", agregó el mandatario estadounidense.
Asimismo, destacó que la iniciativa recibió un "amplio apoyo" de parte de las fuerzas vivas de la sociedad estadounidense, en lo que pareció un mensaje a la oposición republicana del Congreso, que en su mayoría votó en contra de la ley, en una apuesta al fracaso del nuevo gobierno demócrata para recuperar terreno electoral en las elecciones legislativas de fines de 2010.
En este sentido, Obama dijo que el plan de reactivación económica cuenta con el respaldo de "dirigentes empresariales, sindicatos, la Cámara de Comercio, la asociación nacional de manufactureros, demócratas y republicanos, alcaldes y gobernadores".
Obama también sostuvo que se trata del plan más ambicioso "de la historia de Estados Unidos", y agregó que está basado "en un nuevo sentido de la responsabilidad que no hemos visto ni en Wall Street ni en Washington".