La protesta comenzó la semana pasada contra el empleo de unos 100 trabajadores italianos y portugueses para la construcción de un edificio
LONDRES.- Miles de trabajadores de refinerías, plantas nucleares y eléctricas de Gran Bretaña se sumaron a una protesta nacional contra el empleo de operarios extranjeros en el país, generada por el temor a la falta de trabajo en el marco de la recesión.
Al menos 600 empleados contratados de las plantas nucleares de Sellafield y Heysham, en el noroeste de Inglaterra, se sumaron a la huelga que ya lleva una semana sin resolverse.
También se registraron medidas de fuerza en las refinerías de Grangemouth y Coryton, y en las estaciones eléctricas de Longannet, Warrington, Selby y Staythorpe.
La protesta comenzó la semana pasada contra el empleo de unos 100 trabajadores italianos y portugueses para la construcción de un edificio en refinería Lindsey Lincolnshire, propiedad del gigante francés Total.
El contrato de construcción había quedado en manos de la empresa italiana IREM, que decidió contratar a sus propios empleados.
La medida de fuerza no golpeó las fuentes de energía en el país, pero debido a que Gran Bretaña enfrenta el peor temporal de nieve en los últimos 20 años, las huelgas podrían llevar a un "invierno de descontento" como en 1978 y 1979, cuando protestas similares paralizaron los servicios de energía, recolección de residuos y suministro de gas.
Por su parte, el primer ministro británico, Gordon Brown, criticó las huelgas de solidaridad, a pesar de haber prometido en 2007 "trabajos británicos para empleados británicos".