(Cinnamomum camphora)
El alcanforero, llamado también alcanfor del Japón, galanga, lasafras..., es un árbol que puede alcanzar los 40 metros de altura y de cuya madera, destilándola con arrastre de vapor, se obtiene el alcanfor, purificándolo por cristalización, que tiene excelentes propiedades antisépticas.
Este árbol, milenario, siempre verde, abunda en muchas regiones de las Indias Orientales y principalmente en el Japón. Pertenece a la familia de las Lauráceas. En su aspecto se parece al tilo. Su tronco es recto, su corteza rugosa. Sus hojas son ovales, alternas, lanceoladas y aguzadas. Sus flores son pequeñas, blancas verdosas y dispuestas en racimos. Su fruto es una drupa globulosa, del tamaño de un guisante grueso, de color purpúreo oscuro. Sus semillas son carnosas y oleaginosas. Todas las partes de este árbol: raíces, tallo, hojas y madera exhalan un pronunciado olor a alcanfor, cuando se las frota entre las manos. Esta planta puede vivir al aire libre en climas templados. En francés al alcanfor se le dice “Camphre”.
Uso medicinal.
• Los preparados farmacéuticos a base de alcanfor son corrientes y resultan indicados para afecciones del corazón y de la circulación, así como para hacer desaparecer la congestión pulmonar. Se aconseja contra la pulmonía, bronquitis crónica, enfisema, asma, esclerosis pulmonar, tuberculosis... Además, es un buen antiséptico y antitóxico, y sus vapores sirven para matar los insectos pequeños.
• Como remedios caseros y fáciles de preparar existen el aceite alcanforado y el alcohol alcanforado, que se utilizan para curar dolores, golpes, neuralgias, contusiones, forúnculos... El aceite alcanforado se prepara con 10 partes de alcanfor y 90 partes de algún aceite, que puede ser de oliva, de almendras, de ajonjolí o de otra semilla. El alcohol alcanforado lleva una parte de alcanfor, siete de alcohol de 95 grados centígrados y dos partes de agua. Pero tanto el aceite como el alcohol alcanforados se recomienda que no se utilicen por vía interna, si no es por prescripción facultativa.
• En América Latina el alcanfor se considera anafrodisíaco, y por ello se utiliza para evitar las erecciones en los casos de blenorragia, cistitis...
• El alcanfor disminuye la secreción láctea, por lo que hay que procurar evitarlo las madres lactantes.
• Con el alcanfor se pueden preparar fricciones, muy utilizadas para aliviar los dolores musculares, el reumatismo y la gota.
• Su ingestión produce ardor en el estómago, y en dosis considerables causan náuseas, vómitos y fenómenos inflamatorios.
• Por sus propiedades antifebriles y antisépticas se usa el alcanfor en las flegmasías febriles, en las enfermedades generales, tifoideas, en las fiebres eruptivas, en las intermitentes, pútridas, écticas y purulentas, en las gangrenas consecutivas...
• También se usa contra las neurosis y neuralgias y contra los oxiuros vermiculares.
• En fomentos o en fricciones se usa el alcanfor externamente contra las tumefacciones, infartos, dolores, torceduras...
• Algunas personas usan el alcohol alcanforado en la cura de las heridas y otras consideran al alcanfor como una panacea. Varios médicos contemporáneos están utilizando los derivados del alcanfor con buenos resultados en la aplicación de inyecciones contra los fuertes estados nerviosos y la locura.
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