Micheletti se reunió con representantes de la sociedad civil y de la empresa privada que apoyaron el golpe de Estado. (FOTO ARCHIVO)

Los once cardenales católicos firmaron una carta apoyando el golpe contra Zelaya y las iglesias evangélicas se sumaron a esa postura

TEGUCIGALPA.- El presidente de facto de Honduras, Roberto Micheletti, dijo que entregará el poder el 27 de enero de 2010 al nuevo presidente que surja de las elecciones del próximo 29 de noviembre.

"El 29 de noviembre hay elecciones libres y transparentes en nuestro país y el 27 de enero de 2010, temprano en la mañana, estaré entregando el poder al ciudadano que el pueblo haya escogido como presidente", expresó.

Micheletti se reunió con representantes de la sociedad civil y de la empresa privada que apoyaron el golpe de Estado que derrocó al presidente Manuel Zelaya el 28 de junio, a quienes les agradeció el apoyo dado al régimen de facto.

Sobre el programa de gobierno de Micheletti y la forma en que pretende enfrentar la presión internacional para restituir a Zelaya, hubo sectores que pidieron la derogación del tratado de la adhesión de Honduras a la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA) para evitar la supuesta injerencia del presidente de Venezuela, Hugo Chávez.

Para justificar la negativa rotunda a que regrese al país el presidente constitucional, Micheletti habló de la situación de Venezuela en 2002, cuando hubo un golpe de estado contra el presidente Hugo Chávez. Micheletti se refirió al "dictador Chávez", quien tras su alejamiento por horas del gobierno, aseguró que "todo iba a ser paz y tranquilidad y a la semana tenía un pueblo en un 70 por ciento dividido".

"Yo quiero expresarle a ustedes de todo corazón que confiemos plenamente en la comisión que está en Costa Rica, estamos haciendo los esfuerzos para que el diálogo termine en una cosa positiva, sin retorno de aquel (Zelaya) que rompió la Constitución de la república no una sino varias veces", indicó.

La restitución de Zelaya en un gobierno de unidad nacional es el punto central del plan propuesto por el mediador y presidente de Costa Rica, Oscar Arias.

Micheletti pidió "al mundo entero que por favor no acusen a Honduras de algo que no está sucediendo, siguen insistiendo los comisionados que mandan otros grupos que acá hay masacre, que aquí se está matando a la gente; al contrario, ha disminuido la cantidad de crímenes de los delincuentes, y aquí no hay persecución para nadie".

Agradeció al Comisionado Nacional de los Derechos Humanos en Honduras, Ramón Custodio, porque afirmó que "aquí no hay detenidos ni en la Policía ni en los batallones del Ejército, ni en ninguna parte".

La policía informó que con el toque de queda establecido desde el 28 de junio miles de hondureños han sido detenidos, pero son puestos en libertad al finalizar el mismo.

Invitó a los organismos de derechos humanos del "mundo entero a que vengan a Honduras, que se den cuenta qué es lo que realmente está pasando, donde la mayoría del pueblo hondureño estamos siendo intimidados desde el exterior, estamos siendo amenazados desde el exterior".

Dijo que cuando a los simpatizantes de Zelaya que se manifiestan en las calles se les acabe el dinero, "nosotros los vamos a coger con los brazos abiertos y con todo cariño como hondureños". Por último, Micheletti agradeció a las iglesias católicas y evangélicas por sus oraciones permanentes "para que las cosas se reglen como los hondureños queremos".

Los 11 cardenales católicos firmaron una carta apoyando el golpe contra Zelaya y las iglesias evangélicas se sumaron a esa postura, además de enviar mensajes a sus fieles en que satanizaron al presidente Chávez.