Población masivamente salió a recibirlo

El Presidente de Honduras, Manuel Zelaya Rosales, no pudo aterrizar en el Aeropuerto Internacional de Toncontín ayer en horas de la tarde, ya que los militares golpistas se lo impidieron y las autoridades civiles electas después del golpe del 28 de junio, consideraron que no era conveniente la llegada del presidente depuesto al territorio hondureño.

Eran las 5 de la tarde con 25 minutos hora de Centroamérica cuando desde el espacio aéreo se divisaba el avión venezolano que conducía a territorio de Honduras al depuesto presidente por un golpe militar, Manuel Zelaya Rosales, quien había salido desde los Estados Unidos luego de haber participado en la Asamblea General extraordinaria de la Organización de Estados Americanos, OEA, en Washington, con 33 de sus 34 miembros, que decidieron desde el pasado sábado al domingo en horas de la madrugada, suspender al país centroamericano de la OEA. La resolución fue un reconocimiento al presidente Zelaya Rosales.

A las 5:28 minutos de la tarde, el avión que conducía al Presidente Manuel Zelaya dio varias vueltas en el espacio aéreo para aterrizar, pero no lo hizo debido a que los militares que estaban en posición de ataque, pusieron varios obstáculos como vehículos y otros medios de transporte, que impidió el aterrizaje de la nave aérea. En ella venían el depuesto presidente Zelaya, el Secretario General de la Asamblea de la Organización de las Naciones Unidas, ONU, el sacerdote de la orden de los Mariknolls, Miguel D´escoto Brockman y el Secretario General de la Organización de Estados Americanos, OEA, José Miguel Inzulsa, y el Presidente Lugo de El Paraguay.

A las 5: 32 minutos de la tarde la pista del aeropuerto y otras alternas se encontraban fuertemente militarizadas, mientras un grueso de partidarios de Zelaya, rodeaban el lugar en solidaridad con su persona y gritando consignas acerca del regreso de Manuel Zelaya al poder.

A las 5: 38 minutos de la tarde el presidente depuesto decía a través de la cadena televisiva Tele-sur y desde el espacio aéreo hondureño, que los militares estaban entorpeciendo el descenso del avión venezolano y los habían amenazado de ser interceptados por la fuerza aérea hondureña. Habían varios obstáculos en la pista del Aeropuerto de Toncontín.

A las 4:30 minutos de la tarde, una hora antes del previsto regreso del Presidente Zelaya, los militares entraron en la escena con ambulancias y despliegue militar ostensible, y dispararon a los manifestantes que desde horas tempranas se habían concentrado en los alrededores del aeropuerto, resultando dos personas muertas por los disparos realizados y las bombas lacrimógenas lanzadas al grueso de la población. La violencia había iniciado pero no tuvo consecuencias de gran envergadura de más muertes y heridos que lamentar.

Zelaya dijo desde el avión que lo conducía que “es una barbaridad lo que hay aquí en Honduras y que alguien debe de poner orden ante un grupo armado que asaltó el poder, que nació de una élite que está atrincherada en los poderes. No pueden gobernar porque hay una rebelión en Honduras y no nos guían en la participación ciudadana”, sostuvo el presidente Zelaya, depuesto por los militares por la fuerza y sustituido por el presidente del Congreso Roberto Micheletti. Sin embargo, Zelaya dijo en su alocución que “soy el Presidente electo y soberano de Honduras”.

A las 6 con 5 minutos de la tarde el Presidente hondureño cuando ya no pudo descender a tierra por el aeropuerto de “Toncontín” tomó la ruta de Nicaragua donde llegó a abastecerse de combustible y exclamó que en estos momentos se puede desprender que “se están reunificando los grupos de derecha en el mundo” a partir del golpe militar en Honduras, dijo el mandatario.