El detenido confesó haber ayudado a militantes del grupo terrorista al Qaeda . (FOTO Ansa)
Procesamiento del detenido comenzó poco después que arribara a Nueva York.
WASHINGTON.- Por primera vez desde 2002, cuando se abrió en la base naval norteamericana de Guantánamo la prisión para presuntos terroristas, un detenido dejó las celdas de la cárcel en Cuba para presentarse ante un juez civil, en Nueva York.
Es una señal de la voluntad del gobierno del nuevo presidente de Estados Unidos, Barack Obama, de desmantelar la cárcel más controvertida del mundo, aun cuando los ritmos de la clausura son más lentos de lo que esperaba la Casa Blanca.
Después de que Obama anunciara en enero último, apenas entrado a la Casa Blanca, el cierre de Guantánamo, solamente cuatro de los 240 detenidos pudieron finalmente dejar la cárcel.
Dos fueron liberados en Europa, un tercero se suicidó -y su cadáver enviado al Yemen natal- y el cuarto es Ahmed Khalfan Ghailani, de 35 años.
Entre la noche del lunes y el martes, Ghailani fue transferido en secreto desde Guantánamo a Manhattan para ser procesado por los atentados del 7 de agosto contra las embajadas de Estados Unidos en Tanzania y Kenya, que dejaron 224 muertos.
El ministro de Justicia estadounidense, Eric Holder, anunció que el procesamiento de Ghailani comenzó poco después de que el detenido arribara a Nueva York. Ghailani, originario de Tanzania, tiene en su contra 286 cargos, por los cuales corre el riesgo de ser condenado a la pena de muerte.
En el 2007, frente a los tribunales militares, Ghailani admitió su responsabilidad. El detenido confesó haber ayudado a militantes del grupo terrorista al Qaeda -luego considerado responsable de los atentados del 11 de setiembre del 2001- a llevar adelante los ataques contra las embajadas en Dar es Salaam y Nairobi, aunque aseguró que no estaba al tanto de las intenciones de los agresores.
Sin embargo, Ghailani se presentó ayer ante una corte federal de Manhattan y se declaró inocente de los cargos por los atentados contra las embajadas.