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ACTUALIZADo 22 dE JUNIo de 2009

Sugieren nueva ley para las tarjetas de crédito
RedacciÓn Central
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La tarjeta de crédito los bancos la convirtieron en un instrumento de explotación para los usuarios o tarjeta-habientes. (FOTO ARCHIVO)

Las tarjetas de crédito son un instrumento de control financiero , afirma el jurista Gustavo Adolfo Vargas

Datos de la Superintendencia de Bancos (SIB) indicaron en diciembre de 2008, que había en el país 384 mil 405 tarjetahabientes, mientras que el número de tarjetas era de 539 mil 331, lo que indica que un deudor posee más de una tarjeta de crédito.

El crédito en concepto de tarjetas ascendía a 7,633 millones de córdobas, de 46,281 millones de córdobas del crédito total, según el reporte de la SIB.

La tarjeta de crédito nació como una idea noble para simplificar las transacciones de los seres humanos en una sociedad sin dinero, pero los bancos se apoderaron de la idea y la convirtieron en un instrumento de explotación a los usuarios o tarjeta-habientes.

Vargas, quien apoya el actual proceso de promulgación de una ley que regule el funcionamiento de las tarjetas de crédito en Nicaragua, explica la forma en que los bancos emisores de dicho “dinero plástico” sangran el bolsillo de los desprevenidos usuarios que firman contratos sin leerlos. También relata que el uso de las tarjetas de crédito en su forma actual, empezó en la década de los cincuenta en Estados Unidos.

Actualmente, y sobre todo después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 y de la llamada “ley patriótica” de Estados Unidos, las tarjetas, además de una forma de explotación, también es una forma de control sobre seres humanos, instituciones y países enteros por parte del imperialismo.

¿Qué es una tarjeta de crédito?

La tarjeta de crédito es una modalidad del dinero electrónico, y consiste en una tarjeta de plástico emitida por un banco o una entidad financiera especializada, que autoriza a su portador para pagar con ella el precio de los bienes y servicios que compra, y obtener anticipo de dinero en efectivo en cantidades limitadas. También es llamado dinero plástico.

¿Existen diferentes clases de tarjetas de crédito?

Esencialmente existen dos modalidades: la tarjeta de crédito y la tarjeta de débito. La primera otorga al tenedor la posibilidad de hacer pagos diferidos por lo que compra, o sacar dinero de cajeros automáticos para reponerlo después. La segunda le permite realizar compras con la presentación de ella, en función del monto que tiene en su cuenta corriente en una institución bancaria o financiera, de modo que instantáneamente se produce en ésta un débito por la suma de la transacción.

¿Quién inventó la tarjeta de crédito?

La expresión credit card fue acuñada por Edward Bellamy en su novela de socialismo utópico titulada Looking Backward, escrita en 1887. Originalmente, era parte del socialismo utópico, consistía en una tarjeta de cartón con la cual cada individuo podía cargar todos sus gastos a sus ingresos del año o endeudarse con cargo para las rentas de los próximos años. Se desarrollaba en un mundo ideal, en donde había desaparecido el dinero.

Quiere decir, que la intención era diferente...

Los bancos se apoderaron de la idea

¡Totalmente! e hicieron un instrumento de explotación de los usuarios o tarjeta-habientes. El sistema inició en los Estados Unidos en los años cincuenta del siglo pasado y se ha expandido en forma sorprendente. Actualmente, millones de personas utilizan tarjetas de crédito para realizar sus intercambios. La publicidad que se hace de ellas la han convertido en una necesidad, y su posesión, en un signo de status social. ¡Es más! Las tarjetas de crédito se volvieron un instrumento de identificación. Cuando alguien llega a alojarse en un hotel, lo primero que le solicitan en la recepción es su tarjeta de crédito, y lo mismo ocurre para arrendar un automóvil, o para hacer reservaciones.

¿Puede ser un medio de control?

Este invento estadounidense, se ha extendido por todo el mundo y se ha convertido en un instrumento de control y dominación del imperialismo, que por este medio puede rastrear las transacciones de las personas naturales y jurídicas, e igualmente de los gobiernos. Por este medio, los Estados Unidos tratan de controlar el sistema financiero internacional con el pretexto de la lucha contra el terrorismo.

¿Cómo se utiliza ese medio de control?

Aprovechando el efecto psicológico de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, el Congreso estadounidense aprobó en un tiempo récord de tres semanas, la llamada Ley USA PATRIOT que consta de unas 300 páginas. La Asociación de Banqueros apoyó la legislación, porque imponía a otras instituciones financieras internacionales las mismas obligaciones. Esa Ley no ha servido para los fines que fue aprobada, de luchar contra el terrorismo; ha servido para suministrar datos que ocupan los servicios de inteligencia estadounidense para otros fines más secretos y ocultos: la dominación del sistema financiero internacional. El dinero electrónico es uno de sus medios previstos por Alvin Toffler en su libro “El cambio de Poder”. La globalización de la economía ha impulsado fuertemente la utilización del “dinero plástico” en el mundo por la facilidad de realizar pagos dentro y fuera del país.

¿Cómo funciona el sistema de tarjetas de crédito?

Tiene tres elementos fundamentales: el organismo emisor de las tarjetas, los titulares de ellas y los comerciantes adheridos a la red crediticia. Al expedir la tarjeta a nombre de una persona, la entidad emisora, generalmente un banco o grupo de ellos, garantiza los pagos a favor de los comerciantes acreedores y los hace efectivos después de que las transacciones se han realizado. Luego el banco pasa la cuenta al portador de la tarjeta, agregando intereses y gastos de todo tipo, y recupera el dinero con ganancias. El vendedor de bienes y servicios, reconoce al banco emisor un porcentaje de comisión.

¿Es decir, el banco emisor obtiene ganancia doble?

La expansión del crédito con tarjetas se ha dado de una manera acelerada. Los bancos tienen una política agresiva, prácticamente ha sido una feria dar tarjetas de crédito. Las ganancias de los bancos emisores, en Nicaragua, se pueden multiplicar varias veces: imponen intereses leoninos de hasta 60% o 70% anual, intereses sobre intereses y otras clases de gastos. Es decir, practican la usura y el anatocismo, exprimiendo los escuálidos bolsillos de los nicaragüenses.

Los bancos se han enriquecido enormemente con estas prácticas. Los cuentahabientes, también, firman irresponsablemente los contratos sin haberlos leído. Un informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) sostiene que existen malas prácticas contables en el sistema financiero latinoamericano, tanto en los bancos como sus empresas relacionadas, como las emisoras de tarjetas de crédito. Los Bancos no cumplen con las leyes, razón por la cual las superintendencias bancarias son sorprendidas con quiebras fraudulentas, como ha sucedido en Nicaragua en varias ocasiones.

¿Es importante el poder de los banqueros en Nicaragua?

¡Es más que evidente! Desde la época de doña Violeta, cuando se fundó, ilegalmente, el primer banco privado, los gobiernos sucesivos han sostenido una evidente y deliberada política para fortalecer al sector financiero en detrimento de los otros sectores. La abusiva influencia de la banca privada sobre algunos mandos del Estado ha conducido a la bancocracia. Su poder es tan grande que ha logrado congelar noticias sobre sus actos de corrupción en diferentes medios, con la amenaza de retirar sus sustanciosos anuncios.

La mayoría de los Presidentes y apoderados generales de los Bancos, residen en el exterior o viajan constantemente para evitar ser notificados de las demandas judiciales en su contra; sin embargo, los Bancos ejecutan miles de demandas por año en los Juzgados y son implacables con sus deudores, especialmente los tarjetahabientes, a los cuales le quitan hasta sus instrumentos de trabajo para pagarse las deudas que se acrecientan día a día por los intereses usurarios y cobros de todo tipo.

¿Contribuye el sector financiero al desarrollo del país?

De ninguna manera, es un sector parasitario que se ha beneficiado con apoyo de algunos gobiernos y de todos los fondos que llegan al país. Con sus tasas de interés usurarios, frenan el desarrollo del país. Hay una evidente desproporción en los intereses practicados por los bancos.

¿Es conveniente una ley para regular los intereses de las tarjetas de crédito?

¡Desde luego! La insana práctica de los emisores de tarjetas de crédito de cobrar otros gastos dudosos y sospechosos, ha obligado a muchos miembros del Poder Legislativo a preparar un proyecto de ley para proteger a los poseedores de tarjetas, como se ha hecho en otros países del hemisferio. Un intento anterior no ha tenido éxito debido al poder de los bancos, que han logrado engavetar la ley en la Asamblea Nacional.

La Asamblea Nacional tiene la potestad de defender a los consumidores de la “letra menuda de los contratos de las tarjetas de crédito”, como ha prometido hacerlo en su país el Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, siendo un país rico, por lo tanto tendrá que ser posible llevarlo a cabo en un país pobre como el nuestro.

La vigilancia bancaria tiene que ser estricta, especialmente en las economías más débiles, como Nicaragua, para evitar que los banqueros se enriquezcan explotando inmisericordemente al público, como ha sucedido con las tarjetas de crédito, con la enorme diferencia entre la tasa de interés activa que cobran y la pasiva que pagan los bancos a los depositantes. Estas dos tasas de interés debieran de estar relacionadas para evitar la usura.

¿El sector bancario se lleva la tajada del león?

El desmesurado crecimiento del sector financiero es una prueba. Esto contrasta notablemente con el desarrollo de sectores importantes. El sector bancario crece en detrimento de los otros, las altas tasas de interés impiden el desarrollo del país.

Los intereses usurarios y el anatocismo practicado en las tarjetas de crédito contribuyen notablemente a ese crecimiento. De acuerdo a los informes, en diferentes países latinoamericanos se han multiplicado las quejas en contra de los bancos y otras instituciones financieras emisoras de tarjetas, especialmente por los altos intereses y los cargos adicionales por servicios no solicitados. Es por esa razón, que la mayoría de los países están regulando la emisión y utilización.

Datos de la Superintendencia de Bancos (SIB) indicaron en diciembre de 2008, que había en el país 384 mil 405 tarjetahabientes, mientras que el número de tarjetas era de 539 mil 331, lo que indica que un deudor posee más de una tarjeta de crédito. El crédito en concepto de tarjetas ascendía a 7,633 millones de córdobas, de 46,281 millones de córdobas del crédito total, según el reporte de la SIB. En ese sentido, el crédito otorgado al llamado “dinero plástico” resulta mayor que el otorgado a los sectores agrícolas y ganaderos, y levemente superior al hipotecario.

Actualmente en nuestro país, los bancos y entidades emisoras de tarjeta de crédito presentan a diario alrededor de 300 demandas por deudas superiores a los 1.000 dólares cada una, las cuales son distribuidas entre varios juzgados civiles de Managua.

Un sinnúmero de usuarios de estas tarjetas desconocen las consecuencias de este tipo de juicios porque los contratos están escritos con letras pequeñas, que llevan a muchas personas a tener hasta cinco tarjetas que ofrecen algunas entidades emisoras.

¿Cómo afecta la crisis financiera a las tarjetas de crédito?

La desaceleración en el uso de las tarjetas se empezó a percibir desde finales del año pasado (2008), según registra Credomatic, coincidiendo con ello el empeoramiento de la crisis financiera mundial y la desaceleración de la economía nacional.

El negocio de las tarjetas de crédito está sintiendo los efectos de la crisis económica. La empresa de tarjetas de crédito Credomatic, una de las mayores del país, reportó una desaceleración aproximada de entre tres a cuatro por ciento en el uso del llamado “dinero plástico” durante el primer trimestre de 2009.

Este es un fenómeno, originado en parte por la caída de las remesas familiares y el aumento del desempleo en el sector formal de la economía nacional, lo que está afectando a otros sectores ya deteriorados, como el comercio, por lo que las tarjetas de crédito se están usando menos.

Cuatro de cada diez familias aproximadamente reciben remesas del exterior, de las cuales el 65 por ciento provienen de Estados Unidos. El 95 por ciento se usan para el consumo. “Gran parte de las remesas ha sido para pagar tarjetas de crédito. Tras la caída de las remesas es normal que se desacelere el consumo y se use menos la tarjeta.

Los problemas para el pago de los tarjetahabientes no es la falta de voluntad de pago, sino “falta de ingresos, desempleo, falta de remesas e irresponsabilidad de algunos grupos financieros, que repartieron tarjetas de crédito como si fueran papeletas de propaganda”.

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