Poder legislativo y judicial se oponen a funciones del Presidente Zelaya. Ortega le brinda su ayuda. (FOTO ARCHIVO)
Hay contradicciones entre los poderes con el presidente Zelaya
La situación en Honduras es interesante, contradictoria, forma parte de la misma lucha de poderes entre los mismos poderes. Es en alguna medida la manifestación de la casta militar que quiere estar representada en esos poderes formales señalados por la Constitución Política. Desde que surgió la noticia en la cual el jefe del ejército Romeo Vásquez, se negó a acatar una orden del Presidente Manuel Zelaya para que trasladara las boletas electorales que serían distribuidas en diversos puntos del país para la realización de un plebiscito , por medio del cual se harían las consultas sobre reformas a la carta magna y a la reelección presidencial, la situación adquiere otro tono y es imprevisible lo que pudiera suceder en la Política hondureña con un país miembro de la Alternativa de las Américas, ALBA, que impulsa Venezuela y su presidente Hugo Chávez Frías.
Los militares se distribuyeron en puntos claves de Tegucigalpa, capital de Honduras, el día de ayer después de que el Presidente Zelaya destituyera al jefe del Estado Mayor, en medio de la tensión surgida por una consulta que promueve el mandatario para reformar la Constitución y permitir la reelección.
A la decisión de Zelaya se oponen el Congreso como la Corte Suprema de Justicia. Por unanimidad, el Tribunal Supremo resolvió ayer la restitución en su cargo del jefe militar, Romeo Vásquez. Esto significa que en la distribución de poderes el Presidente Manuel Zelaya tiene en su contra al Poder legislativo, al Poder judicial y ahora la reacción de negativa del jefe del ejército que se rebela a cumplir con sus orientaciones. También su grupo político el Partido Liberal lo ha dejado solo. La correlación de fuerzas internas no lo favorece en lo que se refiere a la distribución y control de los poderes de estado. Es una situación distinta a otros países que han seguido el camino de las reformas constitucionales y de la reelección continua que pertenecen al ALBA. De todos modos no se sabe si con la participación beligerante del ejército en un tema político, el poder constitucional prevalecerá en estas contradicciones de poderes, según calificó la situación de Honduras, el Secretario General de la Organización de Estados Americanos, OEA, José Miguel Insulza, según señalan informaciones recabadas desde Nicaragua.
Desde la redacción del Diario La Prensa de Honduras damos a conocer la información actualizada de la 1 de la mañana del día de hoy 26 de junio sobre la situación del país vecino que íntegramente dice así:
Romeo Vásquez sigue siendo el jefe de las FF AA.
La Corte Suprema de Justicia anuló ayer al mediodía la decisión del presidente Zelaya
Hay alerta máxima general en las Fuerzas Armadas de Honduras. Todos están al pie del cañón, algunos ya en las calles para resguardar o intervenir en lo que sea necesario ante el caos político-social generado por el Poder Ejecutivo al insistir en llevar a cabo la consulta popular el domingo, pese a ser ilegal.
La noche del miércoles, los hondureños estuvieron en vilo ante la acción del presidente Manuel Zelaya Rosales al destituir al coronel Romeo Vásquez Velásquez; sin embargo, horas después, la Corte Suprema anuló la decisión.
Vásquez sigue siendo el comandante general del Ejército, pues obedeció la Constitución de la República al no respaldar la consulta popular del próximo domingo. Así lo determinó la Corte Suprema de Justicia.
El despido del general despertó la solidaridad de los comandantes del Ejército, Miguel Ángel García Padget; de la Fuerza Aérea, Luis Javier Prince; y la Fuerza Naval de Honduras, Juan Pablo Rodríguez, que dejaron sus cargos por no estar de acuerdo con la consulta de la “cuarta urna”. El ministro de Defensa, Edmundo Orellana Mercado, también presentó su renuncia.
La incertidumbre
Después de que la consulta que promueve el Poder Ejecutivo fuera declarada nula por los órganos del Estado, el pueblo hondureño estaba en espera y con incertidumbre sobre cuál sería la decisión de las Fuerzas Armadas.
El comandante Vásquez Velásquez había anunciado que analizaría la petición del mandatario de resguardar las más de 15 mil urnas que pretende instalar en todo el país el próximo domingo.
“Las Fuerzas Armadas respetamos la ley. En el marco de lo que la Constitución manda, no podemos pronunciarnos, ya que lo que hacen con nosotros es darnos una orden. Ésta debe estar sujeta a un proceso de verdadero análisis. Analizamos las cinco preguntas principales y objetivas, qué, por qué, cómo, cuándo y dónde, para tener una decisión apegada a las leyes de la Constitución y tomar la determinación de darle trámite o no cumplirla por encontrarse fuera de orden”, dijo Vásquez a la prensa nacional en marzo de este año.
Escucharon al pueblo
Sin duda, la petición de la mayoría de los hondureños fue escuchada. A través de marchas, foros y en los medios de comunicación, los ciudadanos emitían mensajes para que no traicionaran la Constitución.
Aunque no lo habían confirmado, las declaraciones de Vásquez eran coherentes con la decisión que tomó al final.
“En Honduras se vive desde ya un ambiente político en el cual no queremos involucrarnos. En lo que sí debemos involucrarnos y asegurarnos es en desarrollar planes estratégicos a largo plazo de cómo garantizar la democracia en el país. Si el Ejército es requerido para participar, vigilar y custodiar las urnas de junio por el mandatario, estaremos enmarcados en lo que nos dicen las leyes. No podemos mandar a nuestros soldados al frente de la batalla sin tener seguridad en el tema, ya que se juega con seres humanos y leyes del Estado. Nos basamos en el pensamiento estratégico, que nos lleva al camino de los fines, maneras y medios”, había expresado.
Las iglesias evangélicas les pidieron públicamente a las Fuerzas Armadas, durante la multitudinaria marcha del martes pasado en San Pedro Sula, que no traicionaran al pueblo.
“No nos vaya a decepcionar poniéndose al lado de los que quieren prostituir más al país. Cuide y vigile la Constitución de la República”, dijo en su mensaje el líder cristiano Misael Argeñal.
La noche del miércoles, el presidente Zelaya sorprendió a pocos minutos para las diez de la noche cuando, en cadena nacional, anunció la separación del comandante Romeo Vásquez Velásquez.
Hubo alegría y tristeza en la población, pues con la noticia se confirmaba que el instituto armado estaba con la Constitución y la legalidad, pero había temor a lo que se avecinaba.
Las reacciones no se hicieron esperar. Los medios de comunicación anunciaron la renuncia solidaria de los comandantes de la Fuerza Aérea y de la Fuerza Naval.
El fiscal general de la República, Luis Alberto Rubí, anunció que la destitución del jefe del Estado Mayor Conjunto era ilegal, pues él había cumplido con la Constitución al desobedecer al presidente Zelaya y honrado a Honduras. Ayer, los fiscales del Ministerio Público presentaron un recurso de amparo para la restitución.
Ayer mismo, la Corte Suprema de Justicia anunció que la decisión de Zelaya quedó sin efecto, por lo que el comandante Romero Vásquez sigue siendo el jefe de las Fuerzas Armadas.
El Congreso Nacional también desaprobó la acción del Poder Ejecutivo y alabó la actitud de las Fuerzas Armadas.
Llamó a la prudencia
El comandante Romeo Vásquez Velásquez respondió con la dignidad en alto ante el anuncio de Zelaya. “Cumplí con mi misión y la del pueblo hondureño”, fue su primera reacción. Afirmó que siempre tuvo lista su “mochila” para dejar el cargo cuando se lo solicitara el Presidente.
El comandante de las FF AA argumentó que la institución bajo su mando estaba en “dificultades” porque tenían que decidir entre obedecer las órdenes del presidente de Honduras, José Manuel Zelaya Rosales, y la resolución de las autoridades judiciales que prohibieron la consulta popular que pretende realizar el Ejecutivo el domingo 28 de junio.
Vásquez Velásquez pidió a la población hondureña que actuara con “prudencia y mantuviera la tranquilidad” ante el momento “histórico” que está viviendo el país.
“Los hondureños pueden estar seguros de que tienen una institución profesional que vela por mantener el sistema democrático”, afirmó.
En una rueda de prensa, el general negó los rumores de que tomaría el cargo de ministro de Defensa dejado por Orellana. “Hay principios que no se deben violar en las FF AA”, comentó.
Zelaya, ayer, después de liderar una turba que ingresó en la Fuerza Aérea para reclamar el material de la encuesta del domingo, dijo que hoy retomaría el diálogo con el comandante del Estado Mayor Conjunto, Vásquez Velásquez.
Corte Suprema actuó unánimemente en fallo a favor del jefe del Estado Mayor
El pleno de magistrados de la Corte Suprema de Justicia dio a conocer a la prensa la resolución optada por unanimidad. Citaron el artículo 280 de la Constitución, que establece que el jefe del Estado Mayor Conjunto será nombrado o removido libremente por el presidente de la República.
Expusieron que el artículo 40 de la Ley Constitutiva de las Fuerzas Armadas, en el decreto 39-2001, establece que el jefe del Estado Mayor Conjunto tendrá una duración de tres años en su cargo y sólo será removido por renuncia, incapacidad absoluta, inhabilitación del cargo por sentencia firme y pérdida o suspensión de la ciudadanía decretada por autoridad competente de conformidad con la ley y por finalizar su tiempo de servicio activo en las FF AA.
Se aclara que la acción de amparo se interpone aún cuando el hecho o acto violatorio de los derechos no conste por escrito.
“Considerando: Que de lo expuesto por los recurrentes en sus escritos de interposición se aprecia que éstos denuncian una grave e inminente violación de los derechos fundamentales del agraviado Romeo Orlando Vásquez Velásquez al separársele de manera arbitraria de su cargo”, dice el fallo.
La Sala Constitucional cita el artículo que establece que “los servidores del Estado no tienen más facultades que las que expresamente les confiere la ley. Todo acto que ejecuten fuera de la ley es nulo e implica responsabilidad”.
Al enmarcarse la relación fáctica expuesta por los recurrentes, los magistrados exponen su fallo.
“Por tanto: Esta Corte Suprema de Justicia, en nombre del Estado de Honduras, por unanimidad de votos de la Sala Constitucional y en aplicación de los artículos 1, 62, 80, 82... de la Constitución de la República..., y demás aplicables a la Ley Sobre Justicia Constitucional, dispone: 1) Para efectos de mantener la unidad y continencia de la causa, acumular las acciones de amparo intentadas.... 2) Admitir los recursos de amparo de mérito; 3) Decretar bajo la responsabilidad de los recurrentes la suspensión provisional del acto reclamado”.
El proceso del amparo continuará hasta dictar sentencia; mientras, la suspensión del acto impugnado continuará vigente.
Chávez amenaza a Honduras
El presidente venezolano Hugo Chávez denunció ayer que “en Honduras está en marcha un golpe de Estado” impulsado por la “burguesía retrógrada” de ese país e hizo un llamado a los “soldados hondureños a que sigan a su presidente Manuel Zelaya y al pueblo”.
“Quieren destituir al presidente Zelaya, eso es lo que se está cocinando ahora en el Congreso y la Corte Suprema”, afirmó Chávez, quien se mostró convencido de que la “burguesía” no lo conseguirá y “ganará el pueblo”.
El mandatario venezolano advirtió de que los gobiernos “revolucionarios” de la región no se van a quedar de brazos cruzados ante el eventual intento de derrocar a Zelaya, al que calificó como un “líder que surge y asume su responsabilidad”.
“Estamos dispuestos a hacer lo que haya que hacer para que se respete la soberanía de Honduras y la voluntad del pueblo de Honduras”, afirmó Chávez después de revelar que en las últimas horas ha hablado sobre la situación hondureña con sus colegas de Bolivia, Evo Morales, y de Nicaragua, Daniel Ortega.
Reveló que anoche conversó telefónicamente con Zelaya y le expresó su apoyo a las medidas de destitución de los jefes militares que tomó el mandatario hondureño. “Todo nuestro apoyo al pueblo hondureño, a los movimientos revolucionarios, al presidente Zelaya”, destacó durante la tercera edición de su nuevo programa semanal nocturno “Aló, Presidente”. Chávez explicó a simpatizantes que lo escuchaban en una sala de conferencia que la crisis se desató en Honduras a raíz de la decisión de Zelaya de preguntar al pueblo si quiere que se incluya en las próximas elecciones de diciembre una “urna” para pronunciarse sobre una eventual convocatoria de una asamblea constituyente.
Entonces salta “la burguesía, la alianza burguesa retrógrada... está tratando de frenar sólo una consulta. Le temen al pueblo... Abajo la burguesía y arriba el pueblo”, expresó el jefe de Estado.
Resaltó que “sí es coincidencia cualquier parecido” entre la actual situación hondureña y la vivida por Venezuela entre 2001 y 2003, cuando su gobierno fue asolado por varias huelgas nacionales e incluso un golpe de Estado que lo derrocó brevemente.
Chávez alabó la cobertura informativa dada a la situación en Honduras por la multiestatal Telesur, impulsada por su gobierno, y criticó a la estadounidense CNN porque “toda la tarde” ha centrado su programación, según él, en la muerte del cantante Michael Jackson. “Bueno, es una noticia lamentable... la muerte de un ser humano. Si murió Jackson, que en paz descanse”, manifestó el presidente venezolano, quien atribuyó la actitud de CNN a los supuestos males del “capitalismo”.
Desde el Primer Batallón de Infantería, situado a 5 km al oeste de la capital, los efectivos militares se desplegaron en los alrededores de la Casa Presidencial y el aeropuerto Toncontín, según medios locales. La movilización de las tropas se realizó para prevenir posibles disturbios por parte de organizaciones populares e indígenas, que apoyan a Zelaya en su propósito de llevar a cabo la encuesta, donde se interrogará a la ciudadanía sobre si aceptaría una convocatoria a reformar la Constitución.
Con excepción de las organizaciones populares de izquierda, todos los sectores se oponen públicamente a la consulta, que ha sido declarada ilegal por la Fiscalía y la Corte Suprema de Justicia. En vista de ello, los altos mandos militares se han negado a distribuir las urnas y el resto del material para la realización de la encuesta.
En represalia, Zelaya destituyó anoche al jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, general Romeo Vásquez, y aceptó la renuncia del ministro de Defensa, Edmundo Orellana. Asimismo, renunciaron los comandantes de las demás ramas de las Fuerzas Armadas, Ejército, Naval y Aérea, en solidaridad.
Zelaya quiere consultar a los ciudadanos si están de acuerdo en votar en noviembre, coincidiendo con las elecciones generales, si se modifica la Constitución para permitir la reelección presidencial.
Congreso convoca reunión de urgencia
Ante el despliegue militar en la capital, los rumores de un eventual golpe de Estado para destituir a Zelaya se han incrementado entre la población. El Congreso convocó una reunión de urgencia hoy para evaluar la situación.
Zelaya, en un claro desafío al Tribunal Supremo Electoral, la Fiscalía y la Corte Suprema de Justicia, así como el Parlamento que aprobó una ley contraria a la iniciativa, tiene previsto consultar a los ciudadanos este domingo sobre si están de acuerdo en que se someta a referendo la reforma de la Constitución.
En el caso de que el mandatario reciba la luz verde, su proyecto es instalar una cuarta urna en las elecciones generales del 29 de noviembre para que los ciudadanos decidan si se convoca a una asamblea constituyente para redactar la nueva Carta Magna.
Zelaya, que ha virado al conservador Partido Liberal (PL) a la izquierda, integrándose a la Alternativa Bolivariana de las Américas (ALBA), termina su periodo presidencial de cuatro años el 27 de enero próximo.
El presidente argumentó anoche que los cambios en la Constitución serán para que "la democracia no esté en manos de unos pocos", en consonancia con su discurso en el que denuncia que el control del gobierno lo tienen los influyentes grupos de poder. Sin embargo, muchos críticos creen que la intención del presidente es ampliar su periodo presidencial, con asesoría de miembros del ALBA, para garantizar su continuidad en el poder a fin de implantar un modelo socialista.