Si sigue la división podría ser letal para mantener el poder

Esta vez fue el turno del partido en gobierno Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) que demostró este fin de semana hasta qué niveles alcanza la importancia material más que la unidad de esta organización que se califica a sí misma de estar en “reconciliación”.

En el departamento de León, al occidente de Managua, capital de Nicaragua en Centroamérica, un grupo de simpatizantes del FSLN de la Juventud Sandinista (JS) agredieron al abogado de este mismo partido, Moisés Daniel Chévez Zapata, por razones de disputa de la casa departamental de la JS.

Desde golpes hasta denuncias de “robo” fue la cosecha del amargo encuentro entre Chévez, quien también fue fundador de la JS y los casi 100 jóvenes que integran la JS, quienes sacaron al abogado “por las malas, porque le advertimos que lo haríamos por las malas”, afirmaron algunos de estos.

Chévez Zapata dijo a un medio que “me agarraron a patadas la cara y el estómago, me robaron el reloj y la cartera. Responsabilizo a Vielka Gutiérrez, delegada del Ministerio de la Familia y ex concejal de la comuna”.

Este hecho podría marcar una profunda división dentro de la infraestructura del FSLN en León porque los familiares más cercanos de Chévez han anunciado su deserción del partido oficialista. Estos se dedicaban “tiempo completo a integrar gente y defender el partido”, según fuentes extraoficiales.

Walter Chévez, hermano del agredido, culpó al FSLN de ser los culpables de la fuerte agresión al abogado que antes defendía a “capa y espada” al partido en gobierno.

Hay leyes políticas que afirman que cuando las fuerzas partidarias se dividen, el contrario vence, conocida como “Divide y Vencerás”.

Esto es lo que ocurrió a la oposición liberal, en donde los dos grandes líderes se encuentran profundamente divididos, causando que el FSLN haya obtenido la presidencia. Hasta los mismos militantes liberales han afirmado que ese factor señalado influyó en los resultados electorales con la división.