El presidente expresó que la crisis en que se encuentran ambas automotrices, que durante el año pasado despidieron a un total de 400.000 empleados -directos e indirectos. (FOTO ansa)
Indicó que la Casa Blanca obligó al presidente de General Motors, Rick Wagoner, a renunciar y le dio a la empresa un plazo de 60 días para presentar un nuevo plan de reestructuración
WASHINGTON.- El presidente estadounidense, Barack Obama, condicionó la asistencia financiera a las empresas automotrices General Motors y Chrysler a que cumplan una serie de requisitos en las próximas semanas.
"Las empresas y la industria deben valerse por sí mismas y no pueden estar protegidas por el Estado", dijo Obama durante un discurso en la Casa Blanca, durante el cual advirtió que los planes de reestructuración presentados por ambas compañías "no son suficientes".
El presidente indicó que la Casa Blanca obligó al presidente de General Motors, Rick Wagoner, a renunciar y le dio a la empresa un plazo de 60 días para presentar un nuevo plan de reestructuración, mientras que otorgó 30 días a Chyrsler para que se asocie con la firma italiana Fiat, como condición para seguirles prestando dinero.
El presidente expresó que la crisis en que se encuentran ambas automotrices, que durante el año pasado despidieron a un total de 400.000 empleados -directos e indirectos- se debe "al fracaso del liderazgo en Washington y Detroit", que condujo a ambas compañías "a este punto".
"Año tras año, década tras décadas, hemos visto problemas ignorados, decisiones difíciles postergadas, mientras nuestros competidores extranjeros nos dejaban atrás", reprochó el mandatario estadounidense.
"Hemos llegado al final del camino y como país no podemos dejar de lado la responsabilidad que nos compete, debemos confrontar nuestros problemas directamente y hacer lo necesario para resolverlos", agregó.
General Motors y Chrysler recibieron más de 17.000 millones de dólares en préstamos del gobierno estadounidense a fines del año pasado.
Recientemente y para evitar la quiebra, Chrysler le solicitó a Washington otros 6 mil millones de dólares, mientras que General Motors pidió 16,6 mil millones de dólares.
El presidente estadounidense dijo que para volver a recibir los "préstamos de emergencia", ambas compañías cuentan con "un período de tiempo limitado para trabajar con los acreedores, los sindicatos, los accionistas", de modo de alcanzar una mayor reestructurarse y "justificar la inversión de dólares adicionales".
Obama sostuvo que es necesario "tomar decisiones difíciles", de modo que "podamos volver a pedirle al contribuyente estadounidense que vuelva a invertir en una industria revitalizada".