Igual quizás que los pájaros cuando han tenido que comenzar de nuevo ¿Te sientes cansado de recomenzar la lucha diaria de la vida, de que tu confianza haya sido traicionada o de las metas no alcanzadas cuando estabas a punto de lograrlo?
Has sentido que tu vida, tu trabajo, tu familia o tus amigos no son los que soñaste? ¿Has querido decir basta, no vale la pena el esfuerzo, o esto es demasiado para mí? ¿Y no lo has hecho o no te has atrevido?
¡Mantienes una constante batalla contra ti mismo!
Como los pájaros cuando vuelven a comenzar, ¡junta los pedazos de tu esperanza, ármala y arremete de nuevo con férrea decisión y esperanza!
¡No te entregues, no claudiques, no te desanimes, sigue siempre hacia adelante y, sobre todo, no permitas que ninguna circunstancia o motivo y menos que ningún granuja perturbe tu espíritu tratando de impedir que cumplas con tus planes, metas y proyectos!
No importa lo que pase. No desmayes, sigue adelante. La vida es un constante desafío pero vale la pena vivirla. Y sobre todo lucha por ti y por tus seres queridos, entendiendo por seres queridos aquellos que tu quieres y aquellos que te quieren. Los demás, ¡óbvialos!
¡No te aferres al pasado! Aferrarse es hundirse en él. "El agua se purifica fluyendo; el hombre, avanzando”. Aquel que se aferra al sufrimiento, se aferra al pasado porque está apegado a cualquier cosa, sin saber que la raíz del sufrimiento es él.
El apego es igual a posesividad y ésta nos conduce a la ansiedad, a la tensión, o a la depresión frente a la pérdida de algo o de alguien. ¿Sabes que los conflictos provienen de los apegos? Y, ¿De dónde crees que proviene el sufrimiento? También de los apegos. ¿Y de dónde crees que proviene la soledad? De los apegos. Asimismo el vacío proviene del apego a las cosas. El origen es el mismo. ¿De dónde crees que provienen los temores? También de los apegos. Sin apego no hay temor.
Dejarse dominar por el apego es vivir condenado a llevar una pesada cruz a cuesta. ¿No te basta con lo que ya has sufrido? ¿No te basta con lo que ya has llorado? ¿Es que acaso eres feliz sufriendo o es que te has acostumbrado a mal vivir?
Recuerda ahora y por siempre que tú eliges tu destino. El no te elige a ti. Si es cierto que en el pergamino que traemos al llegar a este plano terrenal tiene escrita la misión que hemos de cumplir, también es cierto que con nuestra forma de conducirnos podemos modificar en parte esa misión. Y ¡Ojo! Para bien o para mal!
No transites la tenebrosa escalera que te sigue conduciendo hacia el sufrimiento. ¡Destrúyela en tu mente pues la has estado bajando y subiendo incesantemente y eso es lo que te ha provocado el inmenso cansancio que ahora sientes no sólo en tu cuerpo sino en tu propio espíritu.
Borrra para siempre esa imagen y construye nuevas y prometedoras figuras que te levante de nuevo las ganas de vivir! Tú y nadie más puede hacerlo. Hazlo ahora mismo. No esperes más por nada ni por nadie!
Cuando lo hagas, es decir, cuando logres liberarte del yugo que te ha estado atando por largo tiempo, comenzarás a volar de nuevo como las aves frente a un Sol maravillosamente esplendoroso, tan radiante y esplendoroso que las imágenes de las aves se difuminarán frente a su brillo y ellas seguirán volando y volando cada vez más, llenas de plena libertad. Tan llenas de libertad y de paz que así permanecerán en la eternidad. ¡Convirtiéndose en mensajeras de Paz para la Humanidad!
No permitas convertirte en sombra de tu propia sombra. No te aferres al pasado.
Fuente:
Movimiento para la Evolución Espiritual del Ser Humano.
*e-mail: prof.cazabonne@hotmail.fr