La titilación de las plantas de los pies generalmente es molesta. (FOTO EDUARDO PÉREZ)
Y como no hay nada mejor que reírse o hacer reír cuando uno está enojado o “rabioso”, les hacemos conocer, ¡en premio!, los mecanismos de un buen medio para lograrlo: las cosquillas.
Se entiende por cosquillas a la sensación que se experimenta en algunas partes del cuerpo cuando son ligeramente tocadas, y consiste en cierta conmoción desagradable que provoca involuntariamente a risa.
Las regiones cutáneas más propias para despertar las cosquillas son los sobacos y sus inmediaciones en la región lateral del pecho, y las plantas de los pies. Si se utilizan estas regiones sucesivamente, se experimenta una contracción intuitiva de las partes, huyendo del agente que produce la impresión.
La titilación de las plantas de los pies generalmente es molesta; la del sobaco empieza por ser agradable y se acompaña frecuentemente de risas, después no puede tolerarse, se hace, si no dolorosa, molestísima, provoca movimientos involuntarios, casi convulsivos, lágrimas y considerable dificultad respiratoria espasmódica. Así, se dice que el suplicio de muerte en los hermanos Moravos consistía en inmovilizar a la víctima y someterla al cosquilleo incesante de las plantas de los pies.
Sea de esto lo que quiera, lo cierto es que las personas muy sensibles al cosquilleo (pues esta forma de sensibilidad es muy diferente según los individuos, y ¡hay quien carece de ella!), no concebirán como posible resistirlas mayor tiempo que algunos instantes.
Independientemente de la sensación provocada por el cosquilleo, hemos dicho que éste determina movimientos involuntarios. Estos se llaman reflejos cutáneos, y en estos últimos tiempos se han estudiado con atención, por su importancia en el conocimiento de las enfermedades nerviosas.
En las extremidades superiores los reflejos alcanzan en general escasa intensidad; los del hueco axilar son, como queda dicho, muy intensos. La exploración de los reflejos de las extremidades inferiores tiene más importancia. El sitio más sensible es la planta de los pies. Como medio excitante se puede recurrir al cosquilleo, titilando la piel plantar, o bien a su picadura con una aguja, o en fin, a la fricción áspera de la piel.
Las irritaciones térmicas pueden provocar también reflejos, como puede verse aplicando fragmentos de hielo a la piel de la planta del pie. No siempre la sensibilidad refleja se manifiesta la misma para estos distintos modos de excitación de la periferia sensitiva.
En el fenómeno del cosquilleo, cuando nos lo producen los demás, provoca la risa, y cuando los producimos nosotros, no. Es decir que las cosas que nos rodean nos sirven de ocasión, no de causa de la risa, la cual sólo aparece ante la percepción de un desorden o desequilibrio relativo.
Cuando un individuo es muy delicado de genio, y que se ofende con poco motivo se dice que es “cosquilloso”. Cosquillas significa también desaveniencia, rencilla e inquietud.
“Buscarle a uno las cosquillas” es emplear, para impacientarle, los medios que al efecto se consideran más a propósito.
¡Les rogamos que no vayan a experimentar sobre nadie para comprobar, científicamente, si hemos acertado o no en nuestro análisis de las cosquillas!...
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