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ACTUALIZADo 10 dE noviemBRE de 2009

La Ansiedad
por Prof. Christian Cazabonne
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Algunas veces la ansiedad patológica puede ser un síntoma de otras enfermedades

Un 20% de las personas que acuden a las consultas médicas presentan ansiedad, ésta, aunque es una emoción, una respuesta natural a ciertas situaciones, cuando es enfermiza puede limitarse seriamente al desenvolvimiento de quienes la padecen.

Algunas veces la ansiedad patológica puede ser un síntoma de otras enfermedades, tales como el hipertiroidismo. En otros casos se presenta como consecuencia de creer que se tiene otra enfermedad grave, como cáncer, por dar un ejemplo. En otras oportunidades, es realmente un trastorno psiquiátrico. Se refiere a un cambio de actitud frente a la ansiedad. Antes se hablaba de neurosis, ahora, de diferentes cuadros, como los trastornos de pánico, ansiedad generalizada, fobias, etc.

Los trastornos de pánico se manifiestan como crisis terribles de ansiedad, de angustia, que pueden o no tener estímulos reales. Tienen un componente hereditario importante y suelen asociarse a agorafobias, o temor a multitudes o espacios abiertos. En estos casos se crea una situación fóbica donde el individuo evita lo que le produzca temor, por ejemplo, pasar por plazas. Tiene buena alternativa de tratamiento farmacológico y naturista.

En cuanto a la ansiedad generalizada, ésta aparece todo el tiempo, con ciertas expresiones físicas, como palpitaciones, boca seca, gran sudoración, frecuentes deseos de orinar, etc. Muchas veces son estos síntomas los que llevan a la consulta, y no el efecto psicológico o la limitación que acarrea, paradójicamente.

La fobia también produce mucha ansiedad, desde el simple temor ante objetos y situaciones, hasta la llamada fobia social, donde se siente dificultades para relacionarse con la gente. Ante el estímulo, por ejemplo, un ascensor para quien sufre de claustrofobia, se desencadenará la ansiedad. Si debe enfrentarlo, ésta se acrecentará, por lo cual el individuo tiende a evitarlo.

Hay otros cuadros, como el estrés post-traumático, en el cual la persona revive eventos que le afectaron; el trastorno de ajuste, donde quien lo sufre no puede adaptarse a una situación conflictiva y la transforma en problema permanente; o el objetivo-compulsivo, en el cual aparecen ideas recurrentes y conductas en función de la obsesión. En estos casos también hay gran ansiedad.

Lo deseable es que quien sufra de ansiedad consulte precozmente al especialista. Esto proporciona altas posibilidades de mejoría. No reconocer el problema causa malestar y la persona se limita mucho. Solicitar ayuda adecuada acorta el tiempo de sufrimiento y redunda en beneficios para la persona afectada.

La ansiedad tiene como característica estar proyectada hacia el futuro. Lo que angustia es lo que va a ocurrir, al contrario de la depresión, que surge por lo que ya pasó.

Es bueno recordar que la ansiedad es un estado psíquico parecido al miedo, que se distingue de él por la no existencia de una causa clara o bien definida que lo justifique. Se caracteriza por una emoción que se acompaña de tensión y aprensión ante el peligro o ante un problema por resolver, siendo básicamente normal cuando estimula la atención de la persona.

La ansiedad se transforma en un problema cuando no tiene sentido práctico, se mantiene durante períodos prolongados o su intensidad es tal que perturba la vida de quien la padece.

En su forma aguda presenta signos psíquicos como miedo, tensión, desagrado, inquietud o ansiedad en sí. Disminución del rendimiento intelectual, de la capacidad de aprendizaje y memoria.

En su forma crónica presenta signos psíquicos como nerviosismo, depresión o agitación, insomnios y somnolencia durante el día. Temor de no ser comprendido por los profesionales de la salud. Decaimiento y falta de deseos de realizar las tareas habituales, como las domésticas para la ama de casa o las de la rutina laboral para el obrero industrial o el empleado.

Toda una gama de lo negativo se agolpa aceleradamente en la mente del ansioso y deja como consecuencia el cansancio, que no sólo es sentido como manifestación psíquica, sino como fatiga corporal.

La ansiedad se origina en un proceso puramente imaginativo que lleva a anticipar en la mente algo que es peligroso para nosotros o para lo que queremos. La imaginación es la responsable. Quien domina la imaginación, domina la ansiedad.

e-mail: prof.cazabonne@hotmail.fr

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