Vice presidente de Nicaragua, Jaime Morales Carazo. (FOTO cortesia)
Por la contaminación ambiental
Aunque la contaminación ambiental representa un peligro inminente para todo el mundo, Centroamérica, se encuentra en el ojo del huracán, con el recalentamiento de la tierra que producirá plagas, modificará la temperatura y provocará terribles cambios en la precipitación pluvial, en la producción de alimentos y en los bosques.
La predicción la realizó el científico Luis Alberto Ferraté, presidente de la comisión de Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), quien fue parte de la segunda cumbre de vicepresidentes, en Guatemala, donde se debatió además del cambio climático, el combate de la corrupción y el fomento a la transparencia.
El Vice presidente de Nicaragua, Jaime Morales Carazo, declaró que el representante de la ONU, mencionó que “la reducción de alimentos afectará la nutrición de las personas y en los países más cálidos, como los nuestros, se podrían desarrollar plagas de garrapatas, mosquitos y roedores”.
Se prevé que con la contaminación ambiental las enfermedades asmáticas, desorden alérgico y enfermedades cardiorrespiratorias aumenten por la persistencia del polen, las esporas y algunos contaminantes, explica Morales en su portal web.
“Igualmente, el incrementos en los incendios forestales, es parte de la gama de cosas espantosas que se pronostican con certeza en la opinión (Ferraté), todo a causa del terrible daño que le hemos hecho a la naturaleza. Dentro de ellos, el calentamiento que se estima en los próximos 30 a 50 años será de uno a cuatro grado. Sus efectos serán de gran influencia, por ejemplo, ya se está observando la desaparición del hielo en los Polos y esto tendrá un gran impacto a nivel mundial. Afectará la cinta transportadora de las corrientes del océano, la vida marina, la industria pesquera” entre otros indica el vicepresidente.
En cuanto a los huracanes “se prevé que estos fenómenos adquieran mayor grado de devastación”, así mismo se vaticina que va a haber afectaciones en el movimiento de las placas tectónicas y una activación de las cadenas volcánicas. “El doctor Ferraté insistió que no quería ser alarmista, sino que esa es una realidad y no una imaginación”, añadió Carazo.