El poder del verdadero dirigente es el resultado de una profunda confianza entre sus seguidores

El liderazgo consiste en la disciplina que deliberadamente ejerce su influencia en un grupo determinado a fin de avanzar hacia unas metas concretas de permanencia beneficiosa que sirve para cubrir las necesidades verdaderas del grupo.

En esta definición la palabra disciplina fue escogida con el fin de demostrar que los dirigentes se hacen y no nacen a pesar de que hay algunos que ejercen, por interacción, algunas de las características del dirigente, pero el verdadero liderazgo es una disciplina.

La palabra deliberada indica un compromiso por parte del dirigente a su llamamiento como dirigente. El dirigente que lo es de verdad ejerce una influencia especial y no es algo que impone a otros por la fuerza. Muchos se consideran a si mismo dirigentes, pero son en realidad personas que se adueñan del poder, ejerciendo su fuerza sobre otras personas, haciendo que éstas le sigan por temor.

El poder del verdadero dirigente es el resultado de una profunda confianza entre sus seguidores, que están convencidos de que por medio de él y junto a él podrán ver realizados los resultados que enriquecen, que son humanitarios y que ennoblecen, cosa que de otro modo resultaría poco probable o imposible.

A los que son líderes de verdad, les siguen por respeto y amor, por su muestra de amor hacia los demás, por su humildad y por su fuerza de voluntad y control de sí mismos. Aquellas personas que son en cierto sentido, homogéneas, son normalmente consideradas como un grupo, ya que en cierto modo se parecen. Tal vez sean miembros de la misma familia, teniendo los mismos abuelos o antepasados. También pueden ser miembros de la misma Iglesia, quizás sean todos alumnos de la misma escuela y por lo tanto, todos ellos han recibido una misma educación, o es posible que sean ciudadanos del mismo país. Es esencial que el dirigente comprenda lo que tienen en común los miembros del grupo y todas sus implicaciones.

Pero más importante que el hecho de que tengan en común el mismo origen, educación o nacionalidad es la unidad de propósito. Las personas que se sienten más como un grupo es cuando se sienten unidas en su propósito, esto es el factor más importante al tener en cuenta la cohesión y la habilidad del dirigente para fomentar dicha unidad y eso determinará su éxito como líder.

La palabra meta posee dos significaciones: se refiere en términos generales, a la visión del dirigente, al sueño en cuanto a lo que imagina que pueda conseguir o hacer su grupo. Es precisamente la visión del dirigente lo que hace diferente a los demás y le convierte en líder. El propósito de actuar conforme a su visión es lo que se convierte en su misión o meta que se refiere además a una serie de logros específicos y que pueden calcularse o diseñarse con el fin de realizar su misión.

La permanencia se refiere al hecho de que la visión del líder debiera ser una en la cual se produzcan cambios de manera continua, perdurable e inquebrantable, por el tiempo actual y para toda la eternidad. El término permanencia beneficiosa contrasta con permanencia malévola. Muchos han sido los que han perseguido unas metas que han sido perjudiciales para el grupo en lugar de ser para beneficio del mismo.

Podemos observar la vida de personas como Amin, Hitler, Nerón, que demostraron todos ellos, las características de un poderoso liderazgo, pero su liderazgo sirvió para corromper, para destruir y para maldecir. Esos liderazgos dieron como resultado una malévola permanencia. Lo que importa es crear un liderazgo con la dimensión de la permanencia beneficiosa. Es preciso que el líder entienda cuáles son las verdaderas necesidades de otros, mostrando su sensibilidad, siendo plenamente consciente ante el pueblo del cual se ha hecho responsable. Armoniza con cuanto le rodea, estudia la situación a fondo y se prepara a tomar medidas; pero su sensibilidad, en lo que a otros se refiere, se enfoca mediante la visión que su capacidad le ha dado.

También el líder se esfuerza por llevar al grupo hacia unas metas que sirvan para suplir sus verdaderas necesidades tanto si el grupo comprende o no estas necesidades. Este liderazgo requiere una visión clara de lo que ha de acontecer con sabiduría y determinación.

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