Papa Benedicto XVI. (FOTO ANSA)
Son santos dos españoles, un polaco, un francés y un belga
CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Benedicto XVI proclamó ayer en el Vaticano a otros cinco santos, y recordó a "tantas personas ancianas" que sufren "múltiples pobrezas y soledad" y que suelen ser "abandonadas por sus familias".
El Pontífice, apenas seis meses después de haber realizado la última canonización, proclamó santos a dos españoles, un polaco, un francés y un belga.
"Ignorancia, vileza y falta de amor" son los "nuevos males" de las sociedades modernas, y afectan "a los más pobres y a los más pequeños", en particular a "los ancianos, muchas veces pobres y solos" y "a veces abandonados por sus propias familias", subrayó hoy el Papa.
Los nuevos santos son el polaco Zygmunt Szsczesny Felinski, arzobispo de Varsovia y héroe de la insurrección de 1863; los españoles Francisco Coll y Guitart, dedicado a la educación y la predica, y Rafael Arnaiz Baron, que también dedicó su vida a la difusión de la fe; la francesa Marie de la Croix, que dedicó su vida a la asistencia de los ancianos; y el belga Jozef Damiaan de Veuster, que murió en las islas Hawai curando a los leprosos.
Concelebraron la eucaristía siete cardenales, nueve arzobispos, 14 obispos y 20 sacerdotes.
Benedicto XVI recordó hoy la historia de cada uno de los cinco nuevos santos, y subrayó que todos tienen algo en común: el coraje de "ir contra la corriente", siguiendo el Evangelio aún a costo de donar su propia vida, renunciando a sí mismos en favor de los demás.
El Papa, de 82 años, admitió que se trata de comportamientos "tan humanamente incomprensibles", a los cuales cada cristiano debería intentar acercarse, tomando distancia de los bienes materiales.
"Nuestra sociedad debe redescubrir el lugar y el aporte único de este período de la vida", dijo el Papa al referirse a Marie de la Croix, que dedicó su vida a los ancianos.
El Papa también subrayó el ejemplo del belga Jozef Damiaan de Veuster, que murió de lepra en las islas Hawaii curando a los leprosos.
Su ejemplo "nos invita a abrir los ojos sobre los males que desfiguran a la Humanidad, y nos invita a pelear las buenas batallas", señaló el Pontífice.
A la ceremonia de canonización, que se llevó a cabo durante el Sínodo por Africa en curso en el Vaticano, asistieron unas 50 mil personas, además de representantes de los cinco países de origen de los nuevos beatos, entre ellos miembros de la realeza como el rey de Bélgica Alberto II, y el presidente polaco Lech Kaczynski.
Cerca de 10 personas participaron en la Iglesia y otras 40 mil en la plaza, donde fueron colocadas pantallas y altoparlantes, para permitir a los fieles seguir la ceremonia.
Francia estuvo representada en la ceremonia por el primer ministro, Francois Fillon; y España por el ministro del Exterior, Miguel Angel Moratinos.
Durante el Angelus de hoy, el Papa volvió a alentar a los fieles para que ayuden "a los más pobres y los más pequeños, además de los heridos de la vida y los marginados".
Asimismo, al saludar a un grupo de sobrevivientes de los ataques nucleares de Hiroshima y Nagasaki que asistieron al Angelus, el papa alemán oró para que "el mundo no asista nunca más a semejantes destrucciones masivas de inocentes vidas humanas".