La reunión estuvo dedicada a Pakistán, pero la mayor preocupación del gobierno del presidente Obama es actualmente la zona fronteriza de Afganistán con ese país. (FOTO ARCHIVO)
Pentágono quiere enviar otros 40.000 soldados
WASHINGTON.- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se reunió ayer en la Casa Blanca con la cúpula de su equipo de seguridad nacional para analizar los pasos a seguir en Afganistán, adonde el Pentágono quiere enviar otros 40.000 soldados norteamericanos.
En la reunión estuvieron presentes el vicepresidente, Joe Biden, el ministro de Defensa, Robert Gates, y la canciller, Hillary Clinton, además del almirante Michael Mullen, jefe del estado mayor conjunto de las fuerzas armadas.
El comandante de las tropas estadounidenses en Afganistán, Stanley McChrystal, y el embajador de Washington en Kabul, Karl Eikenberry, participaron vía teleconferencia. También formaron parte de la cumbre en la Casa Blanca llegaron además el general David Petraeus, jefe del comando central norteamericano, y el director del Consejo Nacional de Seguridad, el general James Jones.
Según se anunció, la reunión estuvo dedicada a Pakistán, pero la mayor preocupación del gobierno del presidente Obama es actualmente la zona fronteriza de Afganistán con ese país, donde se viene señalando un resurgimiento de las fuerzas talibanes y de sus aliados de Al Qaeda, el grupo fundamentalista islámico considerado responsable de los atentados del 11 de setiembre de 2001 contra el Pentáfono y las torres gemelas de Nueva York.
"Una de las cosas en las que más invertimos tiempo para discutir es el incremento de la cooperación que estamos recibiendo de los paquistaníes", aseguró el vocero de la Casa Blanca, Robert Gibbs.
El portavoz destacó "la mucho mayor voluntad" del gobierno de Islamabad para "enfrentar a los extremistas dentro de su propio país, y los progresos que estamos haciendo" en ese terreno.
De todas maneras, Gibbs reconoció que sobre la mesa de decisiones de la Casa Blanca figura en primer lugar la situación en Afganistán, donde la violencia creció en los últimos meses.
En los ocho años desde iniciada la campaña -lanzada poco después de los ataques terroristas del 11 de setiembre-la guerra se cobró la vida de 865 soldados estadounidenses y 570 de los países aliados en el marco de la OTAN.
Apenas entró a la Casa Blanca, Obama ordenó imponer un calendario a la retirada de Irak y un incremento de la presencia estadounidense en Afganistán, adonde el presidente autorizó el despacho de otros 21.000 soldados, elevando la presencia militar de su país hasta los 68.000 efectivos.