Zelaya pidió a Micheletti que escuche a la comunidad internacional y al pueblo hondureño. (FOTO/ARCHIVO Cesar Pérez)
Micheletti niega llegada
TEGUCIGALPA.- El presidente constitucional de Honduras, Manuel Zelaya, regresó por sorpresa ayer a su país luego de 86 días de golpe de estado y refugió en la embajada de Brasil en Tegucigalpa, desde donde pidió al régimen de facto "dialogar" para normalizar la crisis institucional.
Por su parte, el mandatario de facto Roberto Micheletti negó la llegada de Zelaya y calificó la noticia de "terrorismo mediático".
"Este es un día de fiesta para nosotros, porque ha vuelto el presidente legítimo de los hondureños electo por el pueblo", dijo Zelaya.
El mandatario contó que para llegar a Tegucigalpa desde Nicaragua viajó durante 15 días "en diferentes transportes y en diferentes momentos", con la colaboración de varias personas.
Zelaya dijo que recibió llamadas telefónicas de varios presidentes del mundo para solidarizarse con él y darle su apoyo, y anunció que hoy llegará a Honduras el secretario general de la Organización de Estados Americanos, OEA, José Miguel Insulza, para iniciar el diálogo encaminado a su restitución en el poder.
"Nosotros creemos que la reconciliación nacional pasa lógicamente por llegar a un entendimiento, a un acuerdo", indicó Zelaya, que agradeció el apoyo de Estados Unidos, Europa y los países latinoamericanos para el retorno del orden constitucional en Honduras.
"Hoy (ayer) reconstruiremos la democracia, reconstruiremos realmente el poder del pueblo para hacer las transformaciones del país", aseguró.
Zelaya afirmó su intención de "buscar el diálogo, arreglar el problema de la crisis" política y llamó a los "que participaron de este golpe de estado, todos debemos estar dispuesto a hacer un esfuerzo".
El mandatario pidió a las Fuerzas Armadas que "mantengan la cordura, que no vaya haber violencia".
Zelaya pidió a Micheletti que escuche a la comunidad internacional y al pueblo hondureño, que exige el restablecimiento de la democracia a través del diálogo y la reconciliación.
"Yo vengo a cumplir el mandato para el cual el pueblo me escogió", dijo Zelaya, derrocado el 28 de junio por un golpe de estado apoyado por los militares, empresarios y políticos que se opusieron a una consulta popular para reformar la Constitución.
Poco después de conocerse en la prensa local del arribo inesperado de Zelaya, Micheletti dijo a los periodistas que la noticia era "una propaganda mediática, terrorismo".
Según Micheletti, el mandatario estaba en un "hotel de cinco estrellas de Nicaragua" y la información tenía la "idea de provocar".
Pero luego la confirmación vino desde Venezuela y posteriormente del gobierno brasileño.
Zelaya "está en Tegucigalpa, ahora veremos qué van hacer los golpistas", enfatizó el presidente Hugo Chávez, mientras estaba con un celular en una mano en comunicación con su par hondureño.
"Pedimos respeto a la vida de Zelaya, de la Primera Dama y del pueblo", exhortó Chávez, quien elogió el ingreso a Tegucigalpa en "en un acto heroico".
El gobierno brasileño confirmó que Zelaya se encuentra en su embajada en Tegucigalpa y precisó que pidió al régimen de facto "seguridad" para el edificio -que fue sobrevolado por helicópteros de la policía- y para Zelaya.
"Brasil activó ya canales de contacto con el gobierno de facto de Honduras para la seguridad de la embajada y del propio Zelaya", precisó el canciller brasileño, Celso Amorim.
Amorim explicó a la prensa -en la delegación brasileña ante la ONU en Nueva York- cómo se sucedieron los hechos previos a la llegada de Zelaya a la embajada brasileña en Honduras.
"Una hora antes de la llegada de Zelaya, una diputada hondureña llamó a la embajada de Brasil en Honduras diciendo que la esposa de Zelaya (Xiomara Castro) quería hablar con el Encargado de Negocios" en esa sede diplomática para "pedir" si el mandatario depuesto el 28 de junio "podía refugiarse allí", precisó.
El Encargado de Negocios, Francisco Catunda, se comunicó con Itamaray y Amorim -previa información al presidente Luiz Lula da Silva que viajaba a Nuevas York- autorizó la entrada de Zelaya a la embajada.
Zelaya mantenía reuniones con representantes del Frente de Resistencia Contra el Golpe de Estado, que mantuvieron las movilizaciones en los 86 días de golpes, y luego con su gabinete, tras lo cual se esperaban nuevas declaraciones sobre los pasos a seguir en las próximas horas.
Desde que se conoció la noticia de la llegada de Zelaya, miles de seguidores se reunieron en la sede de la ONU y luego frente a la embajada brasileña en esta capital.