• No es solo el avance tecnológico lo que marcó el inicio de este milenio. Las relaciones afectivas también están pasando por profundas transformaciones y revolucionando el concepto de amor.
• Lo que se busca hoy es una relación compatible con los tiempos modernos, en la que exista individualidad, respeto, alegría y placer por estar juntos y no una relación de dependencia, en la que uno responsabiliza al otro de su bienestar.
• La idea de que una persona sea el remedio para nuestra felicidad, que nació con el romanticismo, está llamada a desaparecer en este inicio de siglo. El amor romántico parte de la premisa de que somos una parte y necesitamos encontrar nuestra otra mitad para sentirnos completos.
• Muchas veces ocurre hasta un proceso de despersonalización que, históricamente, ha alcanzado más a la mujer.
Ella abandona sus características, para amalgamarse al proyecto masculino.
• La teoría de la unión entre opuestos también viene de esta raiz: el otro tiene que saber hacer lo que yo no sé.
• Si soy manso, ella debe ser agresiva, y así todo lo demás.
• Una idea práctica de supervivencia, y poco romántica, por más señas.
• La palabra de orden de este siglo es asociación. Estamos cambiando el amor de necesidad, por el amor de deseo. Me gusta y deseo la compañía, pero no la necesito, lo que es muy diferente
• Con el avance tecnológico, que exige mas tiempo individual, las personas están perdiendo el miedo a estar solas, y aprendiendo a vivir mejor consigo mismas. Ellas están comenzando a darse cuenta que se sienten parte, pero son enteras.
• El otro, con el cual se establece un vínculo, también se siente una parte, No es el príncipe o salvador de ninguna cosa, es solamente un compañero de viaje.
• El hombre es un animal que va cambiando el mundo, y después tiene que irse reciclando para adaptarse al mundo que fabricó.
• Estamos entrando en la era de la individualidad, que no tiene nada que ver con el egoísmo. El egoísta no tiene energía propia; el se alimenta de la energía de los demás, sea financiera o moral.
• La nueva forma de amor, o más amor, tiene nuevo aspecto y significado. Apunta a la aproximación de dos enteros, y no a la unión de dos mitades.
• Y ella solo es posible para aquellos que consiguieron trabajar su individualidad. Cuanto más fuera el individuo capaz de vivir solo, más preparado estará para una buena relación afectiva.
• La soledad es buena, estar solo no es vergonzoso. Al contrario, da dignidad a la persona.
• Las buenas relaciones afectivas son óptimas, son muy parecidas con estar solo, nadie exige nada de nadie y ambos crecen.
• Relaciones de dominación y de concesiones exageradas son cosas del siglo pasado. Cada cerebro es único. Nuestro modo de pensar y actuar no sirve de referencia para evaluar a nadie.
• Muchas veces, pensamos que el otro es nuestra alma gemela y en verdad, lo que hacemos es inventarlo a nuestro gusto.
• Todas las personas deberían estar solas de vez en cuando, para establecer un diálogo interno y descubrir su fuerza personal.
• En la soledad, el individuo entiende que la armonía y la paz de espíritu solo se pueden encontrar dentro de uno mismo, y no a partir de los demás.
• Al percibir esto, el se vuelve menos crítico y más comprensivo con las diferencias, respetando la forma de ser de cada uno.
• El amor de dos personas enteras es el bien más saludable. En este tipo de unión, está el abrigo, el placer de la compañía y el respeto por el ser amado.
• No siempre es suficiente ser perdonado por alguien. Algunas veces hay que aprender a perdonarse a si mismo...
SI YO TE RESPETO, SI YO TE VALORO, Y SI TU ERES IMPORTANTE PARA MI.
ENTONCES. YO EXISTO PARA TI.
Fuente: Flávio Gikovate, médico psicoterapeuta y Ernesto Cortazar.
e-mail: prof.cazabonne@hotmail.fr