WASHINGTON.- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, propuso un congelamiento de los gastos de gobierno por tres años y "poner todo sobre la mesa" en las discusiones con la oposición, para remontar el déficit fiscal federal, que fue de 1,4 billones de dólares en 2009.
"Tenemos que ahorrar donde podemos, así podremos pagar por lo que necesitamos", dijo Obama en la Casa Blanca tras reunirse con la comisión especial que estableció para combatir el déficit, encabezada por Erskine Bowles, un ex jefe de gabinete durante el gobierno de Bill Clinton, y el ex senador republicano Alan Simpson.
Obama advirtió que "durante los últimos dos años", la caída de la economía a causa de la crisis "agravó un severo déficit fiscal producido por décadas de malas costumbres en Washington".
El presidente recordó que sus funcionarios tienen orden de administrar sus gastos al estilo "pay as you go", es decir, pagando sobre la marcha únicamente con dinero ya disponible.
"Esa regla dice que el Congreso no puede gastar un solo dólar en un recorte de impuestos o en asignaciones a un programa si no ahorra un dólar en otro lado", indicó el mandatario.
Esa forma de administrar los cofres fiscales, aseguró, "fue lo que nos ayudó a tener presupuestos equilibrados durante los 90", es decir, mientras gobernó el demócrata Clinton.
"De hecho, fue recién cuando abandonamos ese sistema que los superávits fiscales se convirtieron en déficits record durante el curso de una década", añadió Obama en velada crítica a su predecesor, el republicano George W. Bush.
Clinton dejó la Casa Blanca con un superávit fiscal de 230.000 millones de dólares para el año fiscal 2000, que concluyó en octubre de ese año, pocos meses antes de entregar el poder a Bush, que había vencido las elecciones de noviembre.
En pocos años, las guerras en Irak y en Afganistán comenzaron a vaciar rápidamente las arcas del gobierno, que terminaron por quedar exhaustas y altamente endeudadas. Además, el gobierno rescató a bancos, firmas de Wall Street y a las grandes automotrices golpeadas por la crisis global de 2008-2009.
En su mensaje, Obama recordó que, cuando entró a la Casa Blanca, el déficit galopaba en 1,3 billones de dólares, con una proyección de otros 8 billones para la década siguiente.
Según el presidente, el déficit fue impulsado por la recesión y los gastos en la cobertura médica para las personas más pobres y los ancianos, pero -en especial- por la "inacción" política en Washington, donde, afirmó, "se postergaron decisiones difíciles y se evitó decir la verdad sobre el problema".
Obama aseguró que su gobierno "ya identificó más de 20.000 millones de dólares" para ahorrar en el presupuesto federal a través de diversos recortes, "eliminando montones de programas superados por el tiempo o ineficientes".