Complicaciones con cuba
MADRID.- El avance en acuerdos comerciales con países de América Latina se presenta como el plato fuerte en los tres meses que le quedan a España en la presidencia de la Unión Europea, a raíz de dificultades en otro reto planteado por Madrid: cambiar la "posición común" que Europa mantiene con Cuba por un acuerdo negociado bilateralmente con ese país.
La presidencia semestral española, hasta ahora atravesada por las complicaciones de la crisis económica y contratiempos como la cancelación de la cumbre con Estados Unidos, afrontará en mayo la reunión de la Unión Europea con América Latina y el Caribe, donde espera impulsar acuerdos de asociación con Centroamérica.
En dicha cumbre, Madrid también confía en firmar tratados de libre comercio con Colombia y Perú, cuyos gobiernos buscan convenios unilaterales con bloques antes que procurarlos en conjunto con otros países de la región. Asimismo, España estima que esa cumbre será una oportunidad para intentar acercamientos en las negociaciones entre Europa y el Mercosur, trabadas desde hace años porque los gobiernos de ambas zonas hacen reclamos no aceptados por la contraparte.
La Unión Europea demanda "apertura" económica y comercial, con facilidades para las inversiones, ventajas en compras gubernamentales y reducción de aranceles para productos industrializados.
El Mercosur, por su parte, pide a Europa que ponga fin a los subsidios agrícolas, pues atentan contra la entrada a ese bloque de sus productos principales de exportación. Además de tratados comerciales, la presidencia española se había propuesto convencer a sus socios en la Unión Europea de sustituir el instrumento que determina la relación de ese bloque con La Habana, proyecto que sin embargo se ha complicado en los últimos tiempos.
Europa mantiene una "posición común" hacia Cuba, aprobada en 1996 a instancias del anterior mandatario español, José María Aznar, que hace depender el avance de las relaciones bilaterales al "cumplimiento" de los derechos humanos. Pero la condena del Parlamento europeo en marzo por la muerte del opositor cubano Orlando Zapata, ocurrida el pasado 23 de febrero tras una huelga de hambre, significó un nuevo obstáculo a la intención de Madrid de dar pasos en un cambio de relaciones con Cuba, ya resistida antes por varios países del bloque.
El canciller español, Miguel Angel Moratinos, ratificó de todos modos que la presidencia del bloque seguiría defendiendo el reemplazo de la llamada "posición común", aunque fuentes de la cancillería española reconocieron las "dificultades" en ese proceso.