Si seguimos con el mismo nivel de inversión actual, tendrán que pasar 90 años antes de que cualquier ser humano pueda gozar de su derecho a acceder a un agua sana. Pero, ¿por qué? ¿No hay agua para todos?
El acceso al agua y es uno de los mayores retos del siglo XXI. Ramón Valescar, director de Cooperación en África de Intermon Oxfam, nos da algunas claves para entender la problemática del agua.

Según la ONU las consecuencias relacionadas con el consumo de agua no potable provocan cada año más víctimas mortales en todo el mundo que cualquier tipo de violencia, y según datos de la ONU, 1.100 millones de personas en el mundo carecen de acceso a un agua segura y 2.400 millones de personas no tienen acceso a instalaciones sanitarias básicas. Cada año alrededor de cuatro millones de personas, la mayoría de ellas menores, mueren por enfermedades relacionadas con el agua. ¿Por qué? ¿No hay agua para todos?

Mucha gente piensa que la “problemática del agua” se debe a la escasez pero no es así. Hay agua para todos, ahí no está el problema.

¿Dónde está, pues?

Desgraciadamente se conjugan varios factores. Principalmente el problema es que el agua está mal distribuida. Falta inversión para asegurar una distribución de agua saneada a todo el mundo. Los Gobiernos hacen una distribución insuficiente y en los países donde no hay recursos, la que debe invertir es la comunidad internacional.

Otros factores importantes son el crecimiento exponencial de la población, la falta de infraestructuras adecuadas, el poco cuidado de las cuencas de los ríos, la deforestación y las consecuencias del cambio climático. La contaminación, probablemente no sea el motivo único no el esencial, pero los vertidos en ríos y lagos y la falta de regulaciones para hacer cumplir las normativas afectan a millones de litros de agua que se deterioran y no son válidos para el consumo humano.

¿Se puede hablar de una crisis del agua global o los problemas se derivan de muchas crisis locales juntas?

Es una combinación de los dos. Claramente las consecuencias del calentamiento global afectan en todo el mundo al acceso al agua potable, pero también cada crisis en cada región tiene sus especifidades. Las faltas de inversiones y las desigualdades en la distribución dentro de cada país (la gente que tiene dinero dentro de algunos Estados tienen acceso al agua y la gente sin recursos no puede acceder a ella) configuran crisis a nivel local que se suman a la problemática.

¿Cómo hemos llegado a esta situación?

De diferentes maneras. Por un lado el aumento de la población en las últimas décadas nos ha llevado a hacer un uso intensivo y descontrolado de los recursos. Por otro lado, en muchas zonas uno de los principales motivos de no tener un acceso seguro al agua es culpa de la deforestación. En muchas regiones no cuentan con energías alternativas, viven de la leña o necesitan de la leña para vivir.

También la visión miope de la cooperación internacional y de los Gobiernos al no haber querido invertir durante años en infraestructuras para garantizar el acceso seguro al agua nos han arrojado a esta realidad. Afortunadamente esta visión miope se ha ido corrigiendo.

¿Son las privatizaciones del agua que se dan en el Norte también parte del problema?

Nosotros pensamos que tiene que haber una regulación del derecho al acceso al agua potable. Los Gobiernos tienen que garantizar el acceso y no utilziar el agua como una fuente de negocio. La gestión del agua ya sea pública o privada tiene que estar bajo un control público. Los Gobiernos tienen que asegurarse que el agua llegue a todos los rincones, también allí donde no sea rentable llevarla. El agua no puede distribuirse bajo criterios de rédito económico.

En países como Bolivia hemos visto que el hecho de tratar el agua como una fuente de negocio y no como un derecho a la gente abocan a la población al desastre. De hecho, en este país después de los sucesos de Cochabamba el agua tuvo que volver a ser de titularidad pública.

¿Quién sufre más las consecuencias de la falta de acceso al agua potable?

Los problemas del agua entienden también de geografía y, una vez más, es el África subsahariana la región en la que sus habitantes sufren las peores consecuencias. Los países del Sahel son los que están más retrasados hoy por hoy en conseguir acceso al agua en todo el mundo. Como siempre las personas más empobrecidas, y de entre ellas las que viven en zonas más aisladas, son las que más sufren las consecuencias de la falta de acceso a agua saneada.

¿También entienden de género?

Sí. Las mujeres y niñas son las que tienen el aaceso más difícil al agua y las que más sufren las consecuencias de ingerir agua en mal estado. Además, suelen ser las encargadas de ir a recoger el agua. En Etiopía trabajamos con mujeres y niñas que tienen que caminar 3 horas para ir a buscar agua para su familia. A las niñas esto les impide, por ejemplo, ir a la escuela. Y no sólo esto. En muchos países de África el hecho de no tener letrinas separadas y seguras hace que las niñas no vayan al colegio, por miedo al acoso sexual o a contraer infecciones.

Las mujeres son también las que se encargan de cuidar a las personas enfermas, lo que no les permite ocupar su tiempo en otras tareas.

¿Qué relación tiene el agua con el desarrollo?

Es una relación total. No se puede concebir el desarrollo sin agua. El agua es un medio de producción de pastores y ganadores. Es un factor totalmente vital para la salud e, incluso, es un motor por la economía, ya que las enfermedades relacionadas con el agua en mal estado influyen en el absentismo laboral. Además, el agua también es un factor de conflicto entre comunidades vecinas. Ya lo es en Burundi entre los uttus y los tutsis y en muchas más zonas de África, y puede que lo sea en muchas más regiones en el futuro.

¿Conocemos un camino para salir de esta situación?

Sí. Hay muchos caminos para salir de esta situación y todos pasan por implicarnos todos en hacer un uso racional y ahorrar agua, trabajar junto a las entidades para detener el cambio climático y exigir a los Gobiernos que implantan legislaciones y regulaciones para asegurar el acceso al agua.

Naciones Unidas habla de que se están dando avances en cuanto al acceso al agua. ¿Qué opináis desde Intermon?

Sí. Se están dando avances. Pero nuestros calculos indican que si seguimos con el nivel de inversión actual el Objetivo del Milenio de acceso universal al agua no se alcanzará hasta 2035, pero el objetivo del saneamiento no se cumplirá hasta 2108!!! Se deberían doblar las inversiones para que no tengamos que esperar 90 años para que todos los seres humanos puedan gozar de su derecho al acceso a un agua sana.

La comunidad internacional no debería echarse las manos a la cabeza con esta petición, ya que si nos ponemos puramente economicistas, hay estudios que demuestran que por cada euro de inversión en acceso al agua de un país, se reciben casi tres de beneficios. Sólo hay que pensar que la mitad de personas que llenan los hospitales de Áfricos sufren afecciones relacionadas con el mal estado del agua.