El bombazo no buscó matar a ningún uniformado. Se dio en la madrugada y para llamar la atención de la prensa
El jueves 12 a las 5:27 am un coche explotó en las inmediaciones de Caracol, la principal radio colombiana. El atentado se dio a los 5 días de la posesión del nuevo presidente Santos y a los 2 del restablecimiento de relaciones con Caracas.
Hacía mucho tiempo que la capital colombiana no conocía carros bomba. La explosión de uno de éstas en dichas fechas busca darle una advertencia al nuevo gobierno que debuta.
La cuestión es saber de dónde viene tal señal.
Para Felipe Muñoz, director del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) ésta viene de las FARC.
Sin embargo, Santos sostiene que aún se está investigando y se ha negado a acusar directamente a la guerrilla, lo cual muestra un distanciamiento de la práctica de su predecesor (o de otros duros como el español Aznar) de generalmente acusar a la izquierda armada de estar tras toda clase de acción terrorista.
Sugerir que las FARC sean los autores sería, además, contradecir lo que el oficialismo reclama: que éstas están en retroceso y que sus frentes militares en torno a la capital han sido desarticulados a tal punto que les es imposible golpear sobre ésta.
El bombazo no buscó matar a ningún uniformado. Se dio en la madrugada y para llamar la atención de la prensa. Produjo 36 heridos (todos ya dados de alta) y afectó a más de 400 viviendas.
Por esas razones y por la táctica que venían empleando las FARC con respecto al nuevo gobierno no es tan factible pensar que éstas hayan sido sus gestores.
Medios ligados a las FARC han acusado a los paramilitares de haber hecho el atentado. Antes de que Santos jure en la presidencia el jefe de las FARC, Alfonso Cano, dio un video-mensaje en el que planteaba ‘conversar’, a lo cual el nuevo mandatario respondió que él no descartaba un diálogo. Por otra parte, Caracas logró re-amistarse con Bogotá mientras que promueve que la guerrilla colombiana de pasos hacia una negociación.
El auto bomba pareciera que fue plantado por algún grupo que está menos vigilado por las fuerzas de seguridad. Por ello es que la senadora liberal Piedad Córdova cree que éste fue articulado por sectores paramilitares o del oficialismo que están interesados en advertir a Santos de que no se distancie de la línea de su antecesor.
Ella, a su vez, vincula ese hecho terrorista con las amenazas que un escuadrón de la muerte ha hecho contra la vida del congresista Iván Cepeda (del Polo Democrático), de Rigoberto Jiménez (director de la Coordinación Nacional de Desplazados) y del abogado Alfonso Castillo.
Mientras tanto, el bombazo logró un objetivo. Santos, quien inicialmente aceptó la posibilidad de negociar con las FARC, ha modificado su discurso señalando que, por el momento, las puertas están cerradas para ello.
El atentado es utilizado por la línea dura para exigir más firmeza ante la guerrilla, por la oposición para pedir que el gobierno también se enfrente a su ala intransigente y por Santos para demandarle a las FARC una serie de requisitos si es que quisieran abrir un diálogo.
Declaraciones de Santos sobre las FARC
Antes del atentado:
“… a los grupos armados ilegales que invocan razones políticas y hoy hablan otra vez de diálogo y negociación, les digo que mi gobierno estará abierto a cualquier conversación que busque la erradicación de la violencia, la construcción de una sociedad más próspera, equitativa y justa.”
Después del atentado:
“La llave del diálogo no la hemos botado al mar, pero la puerta está cerrada y se mantendrá cerrada hasta que quienes quieran dialogar de paz demuestren en forma clara y fehaciente su verdadera voluntad.”
“Hasta no tener una demostración muy clara de verdaderas intenciones de dialogar para buscar la paz, con hechos concretos como los que hemos mencionado, que liberen a los secuestrados, que dejen el terrorismo, que liberen a los niños que han reclutado por la fuerza, que dejen la extorsión, que dejen de actuar como terroristas, hasta que no veamos eso, esa llave se mantendrá muy guardadita”