En mensaje navideño
CIUDAD DEL VATICANO.- El papa Benedicto XVI auspició que la Navidad "inspire a israelíes y palestinos" para lograr "una convivencia justa y pacífica", en su mensaje "Urbi et Orbi" (a la ciudad y al mundo) pronunciado en la Plaza San Pedro, en el cual también pidió por la libertad religiosa de los católicos en China y por las poblaciones latinoamericanas que sufren catástrofes naturales.
El Papa mencionó el sufrimiento de los habitantes de Haití, afectados gravemente por el terremoto del 12 de enero, que causó unos 225 mil muertos.
Asimismo, recordó a quienes están siendo afectados por las "calamidades naturales" que afectan a Colombia y Venezuela, que sufren lluvias torrenciales e inundaciones, así como en Costa Rica y Guatemala.
Pidió un diálogo pacífico entre Costa Rica y Nicaragua, enfrentados por un diferendo limítrofe en el río San Juan, y una solución negociada a la crisis entre Corea del Norte y del Sur.
Ante miles de personas que lo esperaron estoicamente bajo la lluvia, el Pontífice dijo en su mensaje tradicional navideño que los gobernantes y dirigentes italianos deben pensar antes que nada en el "bien común".
Asimismo, pidió alivio y consuelo para las comunidades de Irak y de todo Medio Oriente, y solicitó a "los responsables de las naciones" una solidaridad efectiva con ellas.
Benedicto XVI reiteró críticas a China, cuyo gobierno está acusado por la Santa Sede de organizar y orientar a la Iglesia Patriótica, que desconoce la autoridad del Vaticano y ordena sacerdotes sin su autorización.
Hace una semana, el Vaticano hizo un pronunciamiento oficial en un tono especialmente severo, que habló de censura y persecución a los católicos chinos alineados con el Papa.
En ese contexto, Benedicto XVI volvió a hablar de la "discriminación y persecución" que, dijo, sufren los católicos en China, a quienes pidió que "no pierdan el ánimo" y que perseveren en su fe.
Los dirigentes políticos y religiosos, continuó, deben comprometerse en el "pleno respeto de la libertad religiosa de todos".
"Que la celebración del nacimiento del Redentor refuerce el espíritu de fe, de paciencia y de coraje en los fieles de la Iglesia en la China continental, para que no se pierda el ánimo ante las limitaciones a su libertad de religión y de conciencia, y que perseveren en la fidelidad a Cristo y a su Iglesia", insistió.
Benedicto XVI se refirió específicamente a Italia, al expresar su deseo de que la Navidad inspire a sus responsables para que cada decisión que adopten "sea siempre por el bien común".
Ese auspicio del Papa en italiano abrió la serie de augurios natalicios expresados en 65 lenguas, y fue saludado con vivas y aplausos de los fieles presentes. "La anunciación fue un acontecimiento real del que fueron testigos los que pudieron ver, oír y tocar a Jesús de Nazareth", dijo Benedicto XVI, y explicó que para comprender hoy la realidad de ese acontecimiento "se necesita la fe, la voluntad de nuestro corazón". La parte del mensaje dedicada a Italia fue la que más entusiasmo despertó entre los presentes. "Buena Navidad a los romanos y a los italianos", exclamó en medio de expresiones de entusiasmo.
Tras mencionar en especial a ancianos y niños, jóvenes y familias, Benedicto XVI agregó: "Que Cristo, nacido para nosotros, inspire a los responsables para que cada elección y decisión sea siempre por el bien común; que conforte a todos quienes están bajo la prueba de la enfermedad y el sufrimiento; que sostenga a quienes se dedican al servicio de los hermanos más necesitados".