SEUL.- Los disparos de artillería lanzados sorpresivamente el 23 de noviembre por Corea del Norte contra la isla surcoreana de Yeonpyeong fueron una "acción ilegal y deliberada".
Lo afirman el almirante norteamericano Mike Mullen, jefe de Estado Mayor estadounidense llegado el martes a Seúl, y su contraparte surcoreano, Han Min-koo, al término de una reunión en la capital surcoreana.
Las partes, se lee en una nota que confirma un nuevo ciclo de ejercicios militares conjuntos, "convinieron responder en modo resuelto, sobre la base de su alianza, a toda agresión de parte de Corea del Norte".
El ataque que Seúl y Washington atribuyen a Corea del Norte causó la muerte de cuatro personas, incluyendo dos civiles.
Estados Unidos y Corea del Sur, agrega la nota, "decidieron seguir juntos ejercicios destinados a disuadir en modo eficaz la agresión de Corea del Norte y reforzar su capacidad de respuesta conjunta".
Mullen invitó también a China a "utilizar toda su influencia" sobre Pyonyang para favorecer el alivio de la tensión en la península coreana.
También pidió a Japón tener un papel de más relieve "en la estabilidad regional", por ejemplo participando "en los ejercicios conjuntos entre las fuerzas armadas estadounidenses y sucoreanos" que acaban de anunciarse.