La mayoría de estos jóvenes, al igual que los indocumentados en general, provienen de América Latina
WASHINGTON.- La cámara de diputados del Congreso de Estados Unidos aprobó anoche la Dream Act, la ley que debería permitir a decenas de miles de jóvenes indocumentados permanecer en el país para estudiar en las universidades o servir en las fuerzas armadas, y ahora el proyecto pasó al Senado, donde tiene muy pocas chances de superar la resistencia republicana.
Se espera que el Senado vote el proyecto hoy, como parte del esfuerzo de los demócratas para hacer aprobar la ley durante el actual Congreso, antes de que el nuevo parlamento, con la nueva conformación surgida de las elecciones de "medio término" del 2 de noviembre, se reúna en enero.
Cuando comiencen las labores del nuevo Congreso, los republicanos contarán con la mayoría en la cámara baja, y los demócratas tendrán recortado su control en el Senado, por lo que se considera prácticamente imposible que se apruebe alguna ley en favor de los alrededor de 12 millones de inmigrantes indocumentados que, se estima, viven en el país.
Por lo pronto, los demócratas quieren avanzar con la Dream Act, que en la noche del miércoles fue aprobada con una votación 216-198.
Demostrando que la inmigración ilegal es uno de los temas más divisivos de la política estadounidense, 38 demócratas rompieron en esta votación con el bloque y sufragaron en contra de la Dream Act.
Apenas ocho republicanos -entre ellos los cubanos de Florida- votaron a favor de la ley, que permite que los menores de 30 que hayan entrado al país de la mano de sus padres con menos de 16 años y demuestren buena conducta, puedan permanecer en el país e iniciar una educación terciaria o enrolarse en las fuerzas militares.
La votación de la Dream Act, aun cuando se espera que no pase por el tamiz del Senado, es un gesto simbólico del gobierno del presidente de Estados Unidos, el demócrata Barack Obama, hacia los hispanos, quienes constituyen la primera minoría étnica y un cada vez más influyente bloque electoral.
Apenas se conoció la votación en la cámara baja, Obama emitió un comunicado en el que "felicitó" a los líderes demócratas en ese recinto.
"Esta votación -dijo el presidente- no sólo es lo correcto para los jóvenes de talento que quieren ponerse al servicio del país al que conocen como propio, ya sea continuando su educación o prestando servicio militar, sino que es lo correcto para Estados Unidos".
"Su talento nos enriquece, y el éxito de sus esfuerzos contribuirá al éxito y seguridad de nuestra nación", añadió.
Los republicanos en cambio, argumentan que la Dream Act es parte de una "amnistía encubierta" para los inmigrantes indocumentados, y prefieren no beneficiar a los miles de jóvenes que llegaron al país de muy pequeños, hablan solamente inglés y crecieron como estadounidenses.
La mayoría de estos jóvenes, al igual que los indocumentados en general, provienen de América Latina. Muchísimos de ellos ni siquiera hablan español, y ahora -si no se aprueba la Dream Act- corren el riesgo de ser deportados.