No puedo darte soluciones para todos los problemas de la vida, pero puedo escucharte y compartirlos contigo
No puedo darte soluciones para todos los problemas de la vida, ni tengo respuesta para tus dudas o temores, pero puedo escucharte y compartirlo contigo.
No puedo cambiar tu pasado ni tu futuro. Pero cuando me necesites estaré junto a ti.
No puedo evitar que tropieces. Solamente puedo ofrecerte mi mano para que te sujetes y no caigas.
Tus alegrías, tus triunfos y tus éxitos no son míos, pero disfruto sinceramente cuando te veo feliz. No juzgo las decisiones que tomes en la vida, me limito a apoyarte a estimularte y a ayudarte si me lo pides.
No puedo trazarte límites dentro de los cuales debes actuar. Pero sí te ofrezco ese espacio necesario para crecer. No puedo evitar tu sufrimiento cuando alguna pena te parta el corazón. Pero puedo llorar contigo y recoger los pedazos para armarlo de nuevo.
No puedo decirte quien eres ni quien deberías ser. Solamente puedo amarte como eres y ser tu amigo.
En estos días pensé en mis amigos y amigas. No estabas arriba, ni abajo ni en medio. No encabezabas ni concluías la lista. No eras el número uno ni el número final. Dormir feliz. Emanar vibraciones de amor. Saber que estamos aquí de paso. Mejorar las relaciones. Aprovechar las oportunidades.
Escuchar al corazón. Acreditar la vida. Y tampoco tengo la pretensión de ser el primero el segundo o el tercero de tu lista. Basta que me quieras como amigo. Gracias por serlo.
Fuente: Jorge Luis Borges.
e-mail: prof.cazabonne@hotmail.fr