Desde las elecciones municipales del 2008, los magistrados del CSE no son vistos con buenos ojos por parte de los partidos opositores al Gobierno. (FOTO ARCHIVO)
Si asisten a sesión Inaugural de la Asamblea Nacional
El año legislativo 2010 iniciaría con un “golpe moral” en la nariz de los diez magistrados del Consejo Supremo Electoral (CSE), acusados de cometer un supuesto fraude en el año 2008.
Representantes de cuatro de las seis bancadas del parlamento nicaragüense dieron a conocer ayer que declararán “non gratos” a los magistrados electorales, a quienes sugirieron no asistir a la Sesión Inaugural del sábado nueve de enero, para evitar “sorpresas”.
El Partido Liberal Constitucionalista (PLC), Bancada Democrática Nicaragüense (BDN), Alianza Liberal Nicaragüense (ALN) y Movimiento Renovador Sandinista (MRS), que reúnen a 47 diputados de un total de 92 en el congreso, prometieron que repudiarán públicamente a los magistrados electorales el nueve de enero.
La “sanción moral” podría tener un efecto real en febrero y junio, cuando se vencerá el período de cinco años a los diez magistrados del CSE.
Los diputados Wilfredo Navarro (PLC), Carlos García (ALN) y Eduardo Montealegre (BDN), indicaron -por separado- que el supuesto fraude de los comicios municipales de 2008 continuará denunciándose en la Asamblea Nacional y reiteraron que no votarán a favor de la reelección de ninguno de esos diez funcionarios de alto nivel.
“Hay una actitud de rechazo total y de repudio en contra de la banda de Alí Babá y los 40 ladrones que están en el Consejo Supremo Electoral”, dijo Navarro ayer, en conferencia de prensa, al referirse a los magistrados.
El gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y la Bancada por la Unidad Nicaragüense (BUN), aliada al oficialismo, están al margen de la estrategia en contra de los magistrados electorales.
Esas dos bancadas suman a 43 diputados en la Asamblea Nacional.
El CSE no emitió ayer ningún comentario en torno a la posible declaración de “non gratos” de sus diez magistrados.
El denunciado fraude electoral del año 2008 provocó que la comunidad internacional, especialmente la Unión Europea y Estados Unidos, congelaran sus programas de cooperación.