Bajo críticas y autoalabanzas

El mandatario nicaragüense Daniel Ortega cumplirá este domingo tres años al frente de Nicaragua, según él con éxitos en los ámbitos sociales (gratuidad en la salud y educación); pero de acuerdo a sus opositores, con varias violaciones constitucionales y un fraude electoral a cuestas.

Ortega, quien gobernó por primera vez Nicaragua en los años ochenta, inició su segundo mandato de cinco años el diez de enero de 2007.

Al Presidente sandinista, cuyo eslogan es "arriba los pobres del mundo", las encuestas lo favorecen principalmente en las áreas de salud y educación, luego de que declarara la gratuidad en ambos campos.

El Gobierno de Ortega y la Primera Dama, Rosario Murillo, bautizaron el 2010 como el "año de la solidaridad". En 2009 el Ministerio de Educación proclamó a Nicaragua libre de analfabetismo, logro que fue reconocido por el Fondo para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Asimismo, Ortega ha calificado como exitosos el programa alimentario "Hambre Cero" (a través del cual en las zonas rurales se entregan cerdos, vacas, gallinas y semillas) y "Usura Cero" (mediante el cual se entregan créditos a las mujeres jefas de familia).

El mayor respaldo financiero que ha tenido Ortega en sus primeros tres años de Gobierno ha sido el de su homólogo venezolano, Hugo Chávez, quien anualmente le facilita aproximadamente 300 millones de dólares, según cifras del Banco Central de Nicaragua (BCN).

Desde su primer día de Gobierno, Ortega adhirió a Nicaragua en la Alianza Bolivariana para las Américas (Alba), que lidera Chávez desde Venezuela y a la cual también pertenecen Bolivia y Cuba, entre otros.

Oposición critica mandato

Sin embargo, los éxitos de Ortega son minimizados por sus opositores, espcialmente los liberales y los sandinistas disidentes.

El Partido Liberal Constitucionalista (PLC), Movimiento Vamos con Eduardo (MVE) y el Movimiento Renovador Sandinista (MRS), con representación en el parlamento, han acusado a Ortega de malversar los fondos venezolanos, porque se opone a que sean presupuestados.

Asimismo, esas tres organizaciones cuestionan los alcances de los programas Hambre Cero y Usura Cero, aunque a regañadientes algunos de sus representantes han reconocidos los avances del gobierno sandinista en materia de salud y educación.

Las críticas más fuertes en contra de Ortega están referidas a supuestas violaciones constitucionales y al denunciado fraude en los comicios municipales de 2008.

Por ejemplo, se acusa a Ortega de haber nombrado a una treintena de ministros y embajadores sin que fuesen ratificados en el parlamento, como lo exige el artículo 138, numeral 30 de la Constitución.

Por otro lado, el mandatario ha sido señalado de no respetar la Ley de Símbolos Patrios o de despachar asuntos de Estado desde la Secretaría del Frente Sandinista de Libración Nacional (FSLN).

El 19 de octubre de 2009 seis magistrados judiciales de tendencia sandinista emitieron un fallo polémico, mediante el cual habilitaron el derecho de Ortega a aspirar a su reelección presidencial continua, pese a que la Constitución lo prohíbe en su artículo 147, literal "a".

Mediante una resolución legislativa no vinculante, las bancadas no oficialistas desconocieron el fallo de los seis magistrados judiciales sandinistas.

El gran fracaso político de ortega

Pero en sus tres años de Gobierno, Ortega no ha logrado la ansiada reforma constitucional en el parlamento para establecer formalmente el derecho a la reelección presidencial continua.

Y el gran desafío que el mandatario sandinista enfrentará en 2010 será la elección, en el parlamento, de cuatro magistrados judiciales, diez electorales y siete contralores, además del Procurador de los Derechos Humanos y el Superintendente de Bancos.

Todos son cargos claves y hasta ahora el FSLN, al menos en público, no ha informado de ningún acuerdo en el parlamento para la escogencia de esos funcionarios de primer nivel.

Al parecer, la reelección que buscaría el FSLN a favor de Roberto Rivas en el Poder Electoral sería la manzana de la discordia, ya que las bancadas liberales han anunciado que no están de acuerdo con esa idea.