“Reconstrucción de Viviendas en Nueva Esperanza”, tras el paso del tifón Morakot que azotó Taiwán exactamente hace seis meses
El 8 de febrero de 2010, el Yuan Ejecutivo de la República de China (Taiwán) brindó una conferencia de prensa sobre la “Reconstrucción de Viviendas en Nueva Esperanza”, tras el paso del tifón Morakot que azotó Taiwán exactamente hace seis meses. El tifón ocasionó inundaciones devastadoras que cobraron las vidas de 677 personas, 1,652 casas dañadas, así como pérdidas económicas incalculables para la isla.
En la conferencia de prensa, el Primer Ministro Wu Den-yih anunció que la Fundación Buddhist Tzu Chi ya había terminado de construir la primera parte de 628 viviendas permanentes en el municipio de Shanlin del condado Kaohsiung, esto fue a finales del mes de enero, al mismo tiempo que 500 familias se inscribieron para trasladarse a la comunidad de Da Ai. La construcción en la segunda fase comprende 400 viviendas nuevas, que ya se están construyendo. Además. Pronto se iniciarán otros proyectos de vivienda permanente en la zona de Wulipu del condado de Kaohsiung y la Granja Majia del condado Pingtung. Se espera completar la reubicación de todas las víctimas de las inundaciones antes del 30 de julio del corriente año.
El Primer Ministro Wu agradeció a los grupos de asistencia caritativa y a las empresas privadas por su total cooperación. Sin el aporte de éstos, el esfuerzo de reconstrucción habría requerido más tiempo. Por otro lado, el primer ministro expresó su compasión y admiración a las víctimas de las inundaciones para su valentía y su perseverancia de cara a la adversidad, al igual que se comprometió a brindar pleno apoyo gubernamental en la reconstrucción de sus comunidades.
Completar las viviendas permanentes es simplemente el primer paso hacia la reconstrucción en la tierra natal, Wu enfatizó que habría más trabajo importante en los próximos días, por ejemplo, la creación de trabajos, restauración de las industrias tradicionales y conservación de la cultura local. El primer ministro agregó que el gobierno respetaría las distintas voces y valores de los residentes desplazados, así como las religiones, las costumbres y los estilos de vida de las comunidades indígenas. Se exhortó a los residentes afectados para que participen activa y personalmente en los esfuerzos de reconstrucción, a fin de que los resultados finales correspondieran más de cerca a sus necesidades.