Escritora y poeta nicaragüense, Reina Jereda Gutiérrez. (foto)
Escrito descriptivo del comportamiento humano varonil acerca de la pastilla de mayor consumo en estos momentos y que ayuda a superar problemas de la disfunción eréctil en los hombres
Con solidaridad hacia el sexo masculino expreso que la Viagra ha revolucionado a los combatientes desganados, los que han recibido la esperanza de funcionar conforme el que dirán.
Me parece excelente la oportunidad que la Ciencia les ha brindado, pero considero que la hombría no debe medirse con la vara de la cantidad o calidad del ejercicio sexual que se practica.
Cierto que es gratificante pero no debe ser causa de angustia el no ajustarse a parámetros establecidos por prejuicios. El universo de los hombres se ha inquietado ante la alternativa de aviagrarse y posibilitar que sus aves anoréxicas levanten vuelo, que se conviertan en escopetas de repetición, que los adultos pasaditos recuperen el añorado ángulo preconcebido de erección (saludo hitleriano) y que los ancianos lleguen a estar como piensan que estuvieron “a Dios rogando y con el mazo dando” Creo que es cruel el que la naturaleza les haya dotado para luego menguarles y despojarles de lo que confunden con virilidad. Las mujeres hemos sido beneficiadas en el reparto de la funcionalidad pues no tenemos que preocuparnos por la erección sostenible.
La coexistencia con el genero masculino es como una Escuela Pública Mixta, donde aprendemos que el concepto y la realidad de mujer implican el concepto y la realidad de hombre, por tanto Yo en total avenimiento y sin desear tener pene intelectual, o biológico, manifiesto mi solidaridad y siento pena por la necesidad masculina de permanecer activos aún a costa de posibles complicaciones de salud, rendidos ante la prioridad del “levántate y anda” aunque solo se levanten y gateen.
El sexo por ser intrínseco ha sido, es y será: motivo de placer, risa disgusto, frustración, tristeza y problemas. Pienso que la creatividad puede ser la clave para vencer el uyuyuy de la erección ausente o de la presente sin consistencia, salvo casos patológicos declarados, porque todos disponemos de los cinco sentidos que subutilizamos.
Menear la colita es obsesión que el entorno nutre, y a la inicial preocupación por las dimensiones, se les suma la angustia de poseer erección automática y de ser traviesos y mantenerse tiesos.
Parece que la tiesura es la que más inquieta y se descuida la travesura resultante de la creatividad que es factible para todos, y que podría lograse empleando el Cerebro que es el que dispone para sacarle el jugo a los cuerpos que comparten.
Creo que a algunos les gustaría vitaminizarse con una viagra diaria para mantener la bandera en alto, pero de poca utilidad sería esta actitud patriótica si el ciudadano, tieso pero no travieso, hace caso omiso del tacto, el gusto, el olfato el oído y la vista, y se reduce a ser un trozo de carne erecta que penetra, vibra, se sacude y afloja.
Amigos, el hombre es lo que su mente quiere que sea.