La achicoria, conocida también como achicoria silvestre.
(foto cortesía)

La Achicoria pertenece a esa serie beneficiosa de plantas que no sólo son alimentos, sino también remedios

La achicoria, conocida también como achicoria silvestre, achicoria salvaje, chicoria, amargón, almirón…, es una planta vivaz de la familia de las Compuestas (Asteráceas). Sus hojas son radicales, de color verde oscuro, sinuosas, con lóbulos agudos, vellosas, por lo general rojizas, recortadas, más o menos amargas y comestibles, tanto crudas como cocidas. Los tallos de uno y medio a dos metros de largo, cilíndricos, pubescentes, verdes o rojizos. Las flores son azules, grandes, casi sesiles, axilares, cuyas cabezuelas se abren al Sol y llegan a formar como estrellas. Las semillas por lo general son muy pequeñas, más brillantes y más oscuras que las de la escarola, y con una duración germinativa de ocho años. Crece en forma silvestre al borde de los caminos, en sitios incultos de tierras templadas y frígidas. En francés esta planta se llama “Chicorée sauvage”.

Como la lechuga, el diente de león…, la achicoria pertenece a esa serie beneficiosa de plantas que no sólo son alimentos, sino también remedios. Con las hojas de achicoria se preparan ensaladas crudas y cocidas que son muy refrescantes, aperitivas, tónicas y diuréticas; se utilizan también como forraje y sus raíces como sustituto del café cuando están tostadas o para mezclarlas con él.

Uso medicinal:

• Las hojas, las cabezuelas y la raíz se utilizan en infusión después de haberlas puesto a secar. Tomada esta infusión después de las comidas es tónica y estomacal.
• El uso de esta planta, por su suave sabor amargo, fortalece y corrobora las fibras relajadas del estómago, excita el apetito, ayuda a la digestión, purifica los conductos urinarios y algunas veces facilita la transpiración o la expectoración.
• La achicoria es eficaz contra el estreñimiento.
• En cocimiento es muy buena para limpiar el hígado y la vesícula biliar.
• También se usa en el tratamiento de la cistitis.
• Estimula el apetito. Para estos casos se utilizan sus hojas y raíces secas.
• La achicoria, cálida y seca es depurativa y laxante. Contra las digestiones lentas se hace hervir 20 gramos de hojas tiernas de achicoria en 1 litro de agua, se deja enfriar lentamente, se cuela y se toma una taza después de cada comida. Con su uso prolongado se curan los cólicos hepáticos.
• La tisana preparada con 10 a 15 gramos de hojas de esta planta por litro de agua, es excelente contra las fiebres intermitentes.
• Nada tan útil como el cocimiento de 15 a 30 gramos de sus raíces por litro de agua, para tonificar las fibras estomacales relajadas, para excitar el apetito y ayudar a la digestión
• También se usa este cocimiento en la obstrucción de las vísceras y enfermedades que de ello se ocasionan.
• Asimismo, su uso es bueno en los casos de histeria y melancolía.
• El jugo de achicoria y azúcar blanco en partes iguales es muy bueno para las inflamaciones de la garganta y el pecho. Sirve también como aperitivo y purifica la sangre.
• En dosis de 8 a 10 gramos de achicoria por litro de agua, es buen purgante para los niños.
• Para eliminar los cálculos biliares, se hierven 15 gramos de raíz troceada en una taza de agua durante 3 minutos y se toma una taza dos veces al día.
• Para eliminar los cálculos renales, se echan 15 gramos de hojas secas en un tazón o tarro con agua hirviendo, se deja en reposo 15 minutos y se toma una taza 3 veces al día durante varias semanas.
• Contra la indigestión, se toma una tacita de una infusión preparada con 10 gramos de hojas secas de achicoria, 10 minutos después de las comidas.
• Unas hojitas de achicoria mezcladas con una pizca de cebada malteada, constituye un buen sustituto del café, sumamente digestónico.
• El jarabe de achicoria se utiliza para desobstruir las opilaciones del hígado, del bazo y de todas las vísceras, y es provechoso contra la caquexia, la ictericia y la hidropesia.
• Otro jarabe de achicoria con ruibardo se emplea como laxante para los niños.
• Los jarabes preparados con la achicoria son amargos y laxantes, y como el cocimiento de las hojas frescas constituyen remedios fáciles, que pueden prestar servicios en el estreñimiento, sobre todo en los niños.

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