Todo indica que ya empiezan las diferencias entre el diputado aliado del Frente Sandinista y de la Unión Demócrata Cristiana, UDC, Agustín Jarquín Anaya en torno a la elección de los 25 funcionarios de los poderes del Estado a los cuales se les venció el período en el cargo.

Jarquín es de la Convergencia Nacional, una alianza de partidos y personalidades minoritarias con arraigo internacional entre los partidos de corte socialcristiano, como el Partido Acción Nacional, PAN de México, en el poder con Felipe Calderón.

Jarquín mantiene diferencias con el partido de gobierno, el FSLN, en torno a las destituciones de Alcaldes electos por el voto popular y que fueron reemplazados sin seguir y cumplir los procedimientos de jurídicos establecidos en la Ley Electoral y la Carta Magna.

Ayer dijo que no votaría por los funcionarios que sean escogidos por el FSLN y el partido de oposición, el Partido Liberal Constitucionalista, PLC, “porque no es sano ese tipo de acuerdos”.

“La característica del pacto fue con visión cortoplacista, bipartidista, que desnaturalizó las instituciones del Estado”, dijo Jarquín.

La UDC que es el Partido de Jarquín dice en su comunicado sobre la situación del país que “Si algún efecto positivo tuvo el acuerdo político o pacto bipartidista de 2000, ya se agotó, ya no es rescatable ni enmendable, siendo urgente e impostergable un nuevo acuerdo político, económico, social, incluyente, con visión de Estado, no de reparto de cargos y prebendas; con un alcance de mediano plazo, discutido de cara a la población, la cual deberá refrendarlo”, afirma la UDC en su pronunciamiento.

“Por supuesto que necesitamos un acuerdo en el cual tienen que estar los sandinistas, porque tienen una vocación social, porque están en el gobierno, pero también tienen que ser parte las otras fuerzas, y demás sectores”, manifestó el crítico y aliado del sandinismo Agustín Jarquín Anaya.