Este jueves
BOGOTA y CARACAS.- La Organización de Estados Americanos (OEA) prevé tratar el jueves las afirmaciones del gobierno saliente de Colombia según las cuales jefes guerrilleros permanecen en territorio venezolano con "tolerancia" de las autoridades de Caracas, lo que causó otro conflicto bilateral.
Las afirmaciones del gobierno saliente de Alvaro Uribe bloquearon la posibilidad de que el presidente venezolano, Hugo Chávez, asistiera el 7 de agosto a la asunción en Bogotá de Juan Manuel Santos, lo que era visto como un nuevo punto de partida para mejorar las relaciones entre ambos gobiernos.
El ministro de Defensa de Uribe, Gabriel Silva, hizo el jueves anuncios sobre unas "evidencias" de la supuesta presencia de guerrilleros colombianos en Venezuela, en lo que definió como "amenaza terrorista" para su país.
Como es habitual en este tipo de acusaciones, que durante el gobierno de Uribe fueron muy frecuentes, las autoridades de Caracas reaccionaron con indignación y dijeron que imputaciones simulares, incluyendo supuestas precisiones de ubicación en su territorio, resultaron completamente falsas.
El viernes la presidencia de Colombia anunció que recurriría a "instancias internacionales" para que traten el tema, al considerar que fueron infructuosos sus pedidos a Venezuela.
El embajador colombiano ante la OEA, Luis Alfonso Hoyos, anunció que el Consejo Permanente, conformado por los embajadores ante el organismo con sede en Washington, se reunirá el jueves para recibir la presentación de su país.
En tanto, proliferaron en Colombia interpretaciones según las cuales Uribe, con esta acción, condicionó por completo el intento que realizaba Santos por tratar de abrir un período de diálogo con Venezuela, para superar la fricción bilateral que se arrastra por varios años.
En Venezuela hubo interpretaciones parecidas. El ex vicepresidente José Vicente Rangel, que es periodista, declaró que las afirmaciones del gobierno saliente contra Venezuela constituyen "el primer acto de oposición" de Uribe hacia el gobierno de Santos.
Chávez había comunicado antes de esta crisis la recepción de una invitación "verbal" para asistir a la asunción de Santos, el 7 de agosto, y dijo que se estaban estudiando aspectos de seguridad, con lo que dio a entender que estaba dispuesto a viajar.
Sin embargo, tras las imputaciones hechas por el ministro Silva, que dijo haber mostrado las "evidencias" de la presencia de guerrilleros en territorio de Venezuela a medios locales, Chávez cerró la posibilidad de concurrir al acto y habló inclusive de ruptura con Bogotá, después del llamado en consulta al embajador.
En los artículos que publica habitualmente los domingos, el presidente venezolano dijo hoy que las acusaciones del gobierno saliente de Colombia forman parte de una campaña orquestada por Estados Unidos.
Al anunciar que recurriría a "instancias internacionales", el gobierno de Colombia informó el viernes que "ha solicitado a la Organización de Estados Americanos convocar, a la brevedad posible, a una sesión extraordinaria del Consejo Permanente para examinar la presencia de terroristas colombianos ubicados en territorio venezolano".
En la sucesión de reacciones en Caracas, el gobierno recordó que en enero de 2005 Colombia hizo afirmaciones similares, con la ubicación "exacta" de tres campamentos de guerrilleros de las FARC y del ELN. Movilizado a los lugares señalados, el ejército de Venezuela no encontró a guerrilleros ni rastro alguno de sus presuntos campamentos, según la versión de Caracas.
En otra oportunidad, dijo, las "coordenadas" de un supuesto campamento en Venezuela remitían en realidad a territorio colombiano.
Desde el jueves, en que las afirmaciones de Bogotá desataron esta crisis, el presidente electo Santos ni ninguno de sus allegados más estrecho hizo pronunciamiento alguno.