El uribismo tuvo la habilidad de explotar la reciente liberación de oficiales capturados por las FARC y de presentarse como la única alternativa que podría dar estabilidad al país
Como se preveía Santos sacó más del doble de los votos a Mockus. También la gente fue a votar menos en la segunda que en la primera vuelta, algo contrario a la experiencia de Colombia y otros países.
Según los datos oficiales Santos ganó con un 69% frente a un 27.5% de Mockus y al 3.5% en blancos de los votos válidos. En Colombia los votos no marcados o anulados no se contabilizan, aunque llegaron a representar algo más del 2% de los votos emitidos.
El ausentismo, que en la ronda inicial bordeó a la mitad de los inscritos, esta vez aumentó un 10%.
Santos triunfa con uno de los porcentajes más altos que haya sido electo un presidente no solo en Colombia sino en América Latina. Su votación supera a la de Uribe, aunque su jefe siempre ganó sin necesidad de balotaje.
Mientras Santos subió del 46.5% al 69% (trepando más del 22%) Mockus apenas escaló del 21.5% al 27.5%. Los 6 puntos que conquistaron los verdes ni siquiera llegan al 9% que en primera ronda obtuvo el centroizquierdista Polo Democrático.
Mockus no quiso ni fue capaz de crear una coalición contra Santos. Por el contrario, el oficialista obtuvo el grueso de los votos de todos los candidatos no izquierdistas que quedaron después del segundo lugar en la vuelta inicial.
El uribismo tuvo la habilidad de explotar la reciente liberación de oficiales capturados por las FARC y de presentarse como la única alternativa que podría dar estabilidad al país.
Ni los verdes ni los rojos que usan el color amarillo (Polo) pudieron presentar una clara contrapropuesta. Mockus, quien se negaba a cuestionar el modelo uribista, perdió filo al reivindicar todos los pilares del actual gobierno e incluso planteando subir impuestos. Al solo mostrar como su mayor diferencia el darle un tono más honesto y legal a las actuales políticas económicas y de seguridad, muchos prefirieron apostar por quien era el verdadero autor y comandante de estas mismas orientaciones.
El Polo quedó diluido en la segunda vuelta, pues los votos en blancos, que fueron pocos, solo se duplicaron, y el ausentismo que se dio no expresó un movimiento de masas (sino el que se daba unas elecciones con resultados prefijos y en medio del mundial y del día del padre). Ello se dio debido a que el Polo fue limando su perfil al primero aceptar varios directrices de la estrategia antisubversiva de Uribe y luego al haber querido acercarse infructuosamente a Mockus.
Polombia
El domingo 20 Polonia y Colombia tuvieron elecciones presidenciales. En ambas repúblicas -que son muy católicas y que tienen cada uno más o menos unos 40 millones de habitantes- casi la mitad de los inscritos no votaron, y la polarización se dio entre dos candidatos que apoyan mantener las bases militares de EEUU y el libre mercado.
En el país sud-americana hubo una segunda vuelta en la cual la derecha ‘dura’ de Santos más que duplicó a la centro-derecha ‘legalista’ de Mockus. El delfín de Uribe se acercó al 70% de los votos válidos, una cifra poco antes vista en la historia de las presidenciales americanas, porque su rival solo ofrecía continuar con las mismas políticas monetaristas y contrainsurgentes del gobierno, pero con un tinte más ‘sincero’, por lo que la población prefirió quedarse con lo conocido y lo consistente.
En cambio en la nación eslava se dio una primera vuelta en la cual hubo casi un empate entre representantes de las dos principales alas de la derecha europea.
Por un lado estaba ‘Paz y Justicia’, miembro (unto a los tories británicos) del bloque de partidos conservadores hostiles a un súper-estado europeo, quien obtuvo un 37.5% postulando a Jarolsaw Kaczynski, el gemelo de Lech (el presidente polaco muerto al caerse su avión el 10 de abril).
Por otra parte estaba el líder del congreso y por ende presidente temporal Bronislaw Komorowski, quien sacó un 40% liderando la Plataforma Cívica, sección del Partido Popular Europeo conformado por los democristianos y gaullistas franceses y favorables a incrementar el euro y el federalismo de la UE.
Estos dos partidos son hostiles al aborto, los matrimonios gays, la eutanasia y a cualquier reforma en las costumbres que contradiga a la iglesia, promueven una radical ruptura con el pasado ‘socialista’ y apoyan mantener tropas extranjeras en Iraq y Afganistán.
La base social de Komorowski se encuentra en la población urbana y en los jóvenes profesionales mientras que la de los Kaczynskise apoya en los sectores rurales y tradicionalistas.
La izquierda polaca, a diferencia de la colombiana, bien puede convertirse en un factor que dirima. Mientras que en Colombia Mockus no quiso acercarse al Polo para tratara de no espantar a un electorado hostil a los socialistas, en Polonia el 14% que votó por la Alternativa Democrática de izquierda (ex comunistas convertidos en socialdemócratas) es el único que podría romper con 5 años seguidos de tener a uno de los hermanos Kaczynski en el poder.
Sin embargo, cualquiera sea el resultado polaco, una cosa es segura: ese país este-europeo al igual que el que gobierne el sucesor de Uribe seguirán siendo grandes aliados de Washington . ‘Polombia’ no solo apoya a EEUU en sus guerras en el Asia occidental sino que no tendría ninguna objeción en secundarle en una nueva guerra contra Irán.
Izquierdas
En las presidenciales de Colombia y de Polonia la izquierda ha debido dirimir a cuál de los dos candidatos de la derecha o centro-derecha debe secundar en la segunda vuelta. Una característica común que tienen los socialistas de ambas repúblicas católicas es que éstos tratan de adaptarse a la corriente adversa buscando deslindarse de un pasado ‘revolucionario’ y adoptando la nomenclatura ‘democrática’.
El Polo Democrático Alternativo obtuvo el 9% de los votos en Colombia y la Alianza Democrática de Izquierda sacó más del 13% de los votos en Polonia. El candidato del primero (Petro) fue un guerrillero del M-19 quien empujó al Polo hacia la derecha al cuestionar a Chávez y comprometerse más apoyando a las FFAA contra las FARC. En Polonia la Alianza es el sucesor del antiguo Partido Obrero Unificado quien gobernó al país cuando éste fue parte del bloque soviético.
En Colombia el Polo sostuvo que era imposible negociar con Santos a quien tildan de un guerrerista ligado a los narco-paramilitares, por lo que le propuso un pacto al ‘verde’ Mockus. Sin embargo, Mockus se dio cuenta que sumando el 9% del Polo al 22% que él sacó quedaba a casi 20 puntos del 50% más 1 que necesitaba para ganar el balotaje. Por eso él prefirió no hacer una alianza con la izquierda pensando que esta suma le restaría votos y optó, más bien, por acercarse al electorado que en su gran mayoría simpatizaba con las políticas económicas y contrasubversivas de Uribe.
En Polonia, sin embargo, el 13-14% de la izquierda representa al principal electorado que el liberal Komorowski (quien sacó un 41%) y el conservador populista Kackzyinski (36%) necesitan ganar si quieren la presidencia. La izquierda polaca, a diferencia de la colombiana, no solo que tiene mayor poder de dirimir sino que no tienen una natural preferencia por uno de los dos finalistas, por lo que hoy anda esperando ofertas del mejor postor.
Uno de los primeros actos que ha hecho Komorowski tras conocerse los resultados fue ir a Afganistán para luego anunciar que retirarían de allí sus tropas para el 2,012. Con este gesto él quiso atraer a la izquierda, pero una base importante de ésta desconfía de sus planes privatizadores y, más bien, espera los gestos de Kackzyinski quien habla de mantener varias empresas nacionalizadas y beneficios sociales y antes hizo alianzas con los nacionalistas agrarios de izquierda.