“Hay un tipo de gozo que uno no puede expresar con palabras y no sé de donde proviene. Pero cada vez que ayudo a los demás, me siento muy feliz y ciertamente duermo bien esa noche. Solo este gesto me hace sentir de esa manera, igualmente las palabras no son suficientes para expresar el gozo que se produce al ayudar a los demás”. Fueron las declaraciones de la vendedora de vegetales o verdulera, Chen Shu-chu, una residente del condado Taitung en la parte este de Taiwán, al compartir sus sentimientos cuando ayuda a los necesitados.

Sus donaciones frecuentes han servido para construir una biblioteca escolar y dar apoyo a huérfanos. Con el paso de los años, estas donaciones representan un total de NT$10 millones de dólares taiwaneses. Apareció en Forbes Asia en la lista de los “Héroes of Philanthropy” en la publicación del 5 de marzo. El 29 de abril, fue colocada como una de las “Heroínas” por la revista Time en su lista de los 100 Time 2010, como una de las personas más influyentes del mundo. La proveedora asistió a la ceremonia de premiación de la publicación el día 4 de mayo.

Chen lleva una vida simple y modesta, ha estado vendiendo verduras o vegetales en el mercado central de la cuidad de Taitung desde que tenía 13 años de edad. Nunca tuvo la oportunidad de viajar al extranjero. Al principio, ella consideró no asistir a la ceremonia. “No creo que vale la pena toda esa bulla”, manifestó. “Nunca pensé que por una cosa tan pequeña y ordinaria yo sería tratada de esa manera”. Así que aceptó viajar a los Estados Unidos para recibir su premio, sólo después de recibir una llamada telefónica del presidente Ma Ying-jeou, quien la animó a participar.

Como de costumbre, Time invitó a las celebridades a redactar presentaciones de las personas honradas. En la reseña de Chen, el director Ang Lee hizo hincapié que “lo que es tan maravilloso del logro alcanzado por Chen, no consiste en su carácter extraordinario, sino a algo tan simple como es el hecho práctico de su generosidad”.

Lee citó a la galardonada expresando, “el dinero sirve su propósito sólo cuando es utilizado por aquellos que lo necesitan”. Pero “en vez de deleitarse en su carácter de celebridad”, el aclamado cineasta agregó, “Chen parece desestimar todo esto como si fuera agua en su mano, quizás aun con algún indicio de irritación.”

Para llevar a casa la convicción de esa humildad manifestada por una verdulera, Lee utiliza de nuevo las mismas palabras de Chen. “No hay mucho de qué hablar, porque no estaba en ninguna competencia”, así se expresó la taiwanesa. “En realidad, no he hecho grandes donaciones”. Lee guardo su último gran elogio para el final, donde opinó de que “lo mejor que Chen ha regalado se traduce en el máximo don de su ejemplo”.