El cólera provocó más de 1.100 muertos
PUERTO PRINCIPE.- La violencia contra los cascos azules de la población haitiana, que ayer continuó en Cabo Haitiano y Puerto Príncipe, conspira contra el esfuerzo de Naciones Unidas y organizaciones humanitarias de controlar la epidemia de cólera.
En la capital del país trabaja el "personal esencial" de Naciones Unidas y el resto permanece en sus casas por seguridad, informó a ANSA una fuente de UNICEF.
"Estamos redireccionando los esfuerzos para proveer de elementos necesarios a las comunidades afectadas y a hospitales", dijo Tamar Hahn, vocera de UNICEF en Panamá.
Pese a la situación de violencia, la vocera explicó que se continúa trabajando en todo el país, en especial en el norte, donde el cólera se desató y causó más muertes.
El cólera provocó más de 1.100 muertos y más de 18 mil personas fueron internadas, de acuerdo a los últimos datos del ministerio de Salud local.
Población haitiana acusa a los cascos azules
Hahn admitió que la violencia de parte de la población contra los cascos azules, a quienes culpan por haber "importado" la cepa del cólera, "interrumpe los esfuerzos" del modo en que se venían realizando.
De persistir esa situación, se corre el riesgo de que "el guarismo de fatalidad del 14% pueda aumentar", agregó.
Las agencias de Naciones Unidas distribuyen agua, sales de rehidratación oral y equipos de higiene a la población y hospitales.
Escenas violentas registradas ayer
Ayer un equipo de voluntarios estadounidenses fue agredido por hombres armados al intentar dejar Cap Haitien, la segunda ciudad más importante de Haití, sacudida por la epidemia del cólera y escenario de actos de violencia contra el contingente de las Naciones Unidas, informaron fuentes locales que a la vez aseguraron que los 11 voluntarios, pertenecientes a una organización cristiana, resultaron ilesos.
La situación en Cap Haitien continúa empeorando día tras día, con nuevos disturbios armados en las calles, que obligaron a la organización humanitaria Oxfam a detener las acciones para enfrentar la emergencia sanitaria generada por el cólera.
La ciudad está al mando de grupos armados que impiden el paso de vehículos.
Los voluntarios atacados hoy son miembros de la Christian Motorcyclists Association, los "misioneros en motocicleta" que habían llegado a Haití hace algunas semanas.
Cuando comenzaron a sucederse los disturbios, el grupo se refugió en un hotel esperando que la situación volviera a la calma, pero luego decidieron dejar la ciudad, a bordo de un autobús amarillo, con destino a República Dominicana.
Hombres armados
Durante ese viaje, un grupo de hombres armados con machetes intentó bloquear el vehículo y rompió los vidrios de las ventanillas y las puertas.
"Nuestro chofer parecía un piloto Nascar: partió marcha atrás para evitar el bloqueo. Ellos habían colocado dos carcazas de autos quemados en medio del camino, para bloquearnos", relató a la CNN Terry Gibson, responsable del equipo de voluntarios.
Luego, la multitud comenzó a arrojar piedras y logró detener el autobús. Un haitiano que acompañaba a los voluntarios fue sacado del vehículo y brutalmente golpeado.
"El chofer logró partir, no sé cómo, y milagrosamente llegamos a un campo de la ONU. Dios nos protegió", agregó el portavoz de los voluntarios.
El grupo permaneció ayer en el interior del campo de la ONU, presidido por militares chilenos de la Minustah, pero intentarán dejar el país en las próximas horas.