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Al presidente norteamericano no lo ayuda que el desempleo siga muy alto

WASHINGTON.- La oposición republicana, impulsada por el movimiento conservador Tea Party y el enojo de los votantes frente a la situación económica y el alto desempleo, se adueñó ayer de la mayoría en la cámara de diputados y redujo fuertemente el control del oficialismo demócrata en el Senado, propinando un duro golpe al presidente de Estados Unidos, Barack Obama.

"Los estadounidenses votaron por el cambio, otra vez", sintetizó la cadena MSNBC, en referencia al mensaje de "cambio" y "esperanza" con el que Obama ganó su entrada a la Casa Blanca en las presidenciales del 2008.

"El mensaje de los votantes para Obama fue claro: tiene que cambiar el rumbo", dijo por su lado el líder de la bancada republicana en la cámara baja, John Boehner, de Ohio y una de las caras más visibles de la campaña opositora.

En Washington (5GMT), los republicanos estaban agregando seis bancas a su bloque en el Senado, incluyendo sonoros triunfos en Wisconsin, Pennsylvania e Illinois, donde estaba en juego la banca que hasta hace dos años ocupaba el propio Obama.

Según las estimaciones del sitio de internet RealClearPolitics.com, la oposición estaba sumando además 46 bancas en la cámara baja, pero la cadena televisiva CNN afirmó que ese número podía trepar hasta 52, en cualquiera de los dos casos, muy por encima de los 39 que necesitaban para recuperar la mayoría en ese recinto.

Al Senado llegaron algunos de los más destacados candidatos apoyados por el Tea Party, como el hijo de cubanos Marco Rubio en Florida y Rand Paul en Kentucky. En cambio, la demócrata Barbara Boxer se sostuvo con fuerza en California y resultó reelegida frente a la republicana Carly Fiorina, la millonaria ex directora del coloso de la informática Hewlett Packard.

También sobrevivió el jefe de la bancada demócrata en el Senado, Harry Reid, quien -según proyectó la cadena MSNBC- venció una estrechísima carrera frente a la republicana Sharron Angle, favorita del Tea Party e impulsora de la "mano dura" contra los indocumentados.

Celebrando la victoria en Miami, Rubio dejó en claro lo que piensa el Tea Party: Estados Unidos -dijo- "está marchando en la dirección incorrecta, y eso es culpa de los dos partidos", el republicano y el demócrata.

Las encuestas a boca de urna confirmaron la visión de Rubio. Un sondeo de la CNN, por ejemplo, mostró que el 51% de los votantes estadounidenses está "muy preocupado" por la situación de la economía, un 36% "preocupado" y un 10% "algo preocupado".

El mismo sondeo señaló que un 62% de las personas que fueron hoy a sufragar piensa que el país avanza en "una dirección muy equivocada".

Paul, por su parte, dijo a la CNN que "mañana mismo" empezará a "trabajar en la creación de un bloque del Tea Party" en la cámara baja del Congreso, cuyos nuevos miembros asumirán sus bancas en enero próximo.

El Tea Party es contrario al gasto público, al endeudamiento, al aumento de impuestos y a la inmigración ilegal.

Si el nuevo Congreso y el gobierno del presidente Obama "aumentan los impuestos, estarán a favor de una segunda recesión" económica, advirtió Paul.

Uno de los objetivos que comparten el Tea Party y los republicanos más moderados es el de revertir la reforma del sistema de seguro médico, posiblemente el mayor éxito político de Obama en sus dos primeros años de gobierno, junto a la ley de nueva regulación de las operaciones de Wall Street.

"Desmantelaremos la reforma sanitaria", dijo el diputado Eric Cantor, de Virginia y posible nuevo líder de la bancada republicana en remplazo de Boehner, futuro "speaker" (presidente) de la cámara baja, desplazando a la demócrata Nancy Pelosi, de California.

"No es tiempo para celebraciones, no podemos celebrar mientras uno de cada diez estadounidenses no tiene trabajo y nuestros hijos se hunden bajo una montaña de deuda" fiscal, dijo Boehner en Washington, emocionado y conteniendo el llanto.

Los republicanos buscaron postular estas elecciones de "medio término" como un referendo sobre la gestión de Obama, cuya aprobación, por cierto, sigue baja, actualmente en 45,6%, según el promedio del sitio especializado RealClearPolitics.com.

A Obama no lo ayuda que el desempleo siga muy alto, en el 9,6% según los últimos datos del ministerio de Trabajo.

Con la mayoría en la cámara de diputados, los republicanos podrán imponer parte de la agenda política en Washington, pero se prevé que los demócratas seguirán controlando el Senado.

Después de una dura derrota en su propio "medio término" en 1994, el entonces presidente demócrata Bill Clinton giró al centro y comenzó a negociar con los republicanos para llevar adelante algunas reformas, como la de los servicios sociales.

Además, Clinton aprovechó para "repartir las culpas" de los problemas nacionales con los republicanos, quienes habían logrado capturar una parte del poder. De esa manera, Clinton venció con comodidad la reelección en 1996.