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LONDRES y MADRID.- Nuevos detalles se conocieron de los documentos secretos filtrados por Wikilieaks sobre la política exterior de Estados Unidos, como el informe sobre el "golpe anticonstitucional" de Honduras, y las directivas a embajadas de recolectar información.

El primer ministro ruso, Vladimir Putin, se propone volver a la presidencia del país y será él quien decida si se postula a las presidenciales de 2012, escribió ayer la revista rusa Rousski Reporter, que cita a Wikileaks.

"La relación personal entre (el presidente Dmitri) Medvedev y Putin limita su capacidad de ser reelecto sin el consenso de Putin", dice en una nota de 2009 el embajador estadounidense en Moscú, John Beyrle.

El diplomático considera "poco probable" que se mantenga el tándem, pues "Medvedev y Putin trabajan bien juntos, pero este último tiene la mayor parte de las cartas y las mejores".

Para el secretario de Defensa, Robert Gates, "la democracia rusa desapareció" y consideró que "el gobierno es una oligarquía dirigida por los servicios de seguridad".

En una nota de 2008 enviada al director del FBI, Robert Mueller, se refleja el rol crucial que juegan en el país Alexandre Bortnikov, jefe de la seguridad interna, Mijail Fradkov, jefe del SVR (espionaje en el exterior), y el ministro del Interior, Rachid Nourgaliev.

Los tres "representan la línea dura pragmática que comparte la visión del mundo soviético, en base a la xenofobia y la desconfianza contra Occidente, la cual sostiene que Estados Unidos trabaja para la desestabilización de Rusia", dice el texto.

Un informe del embajador en Tegucigalpa, Hugo Masllorens, difundido en El País on line, toma en cuenta las leyes hondureñas y revela una postura clara acerca del "golpe anticonstitucional" contra el presidente Manuel Zelaya.

El contenido del facsimil es revelador ya que no fue esa la postura oficial de Washington contra el golpe de estado de 2009 en el país centroamericano.

"Los militares, la Corte Suprema y el Congreso Nacional han conspirado el 28 de junio en lo que constituyó un golpe de Estado ilegal y anticonstitucional contra el poder Ejecutivo", reza el documento.

Llorens agrega que "los argumentos esgrimidos por los defensores del golpe son a menudo ambiguos, no tienen ninguna validez sustancial y en algunos casos son abiertamente falsos".

El cable enumera cinco razones concretas por las que el derrocamiento fue "patentemente ilegal", entre ellas que "los militares no tenían autoridad para sacar a Zelaya del país", que "el Congreso no tiene autoridad constitucional para destituir al presidente hondureño" y que "se violaron varias garantías constitucionales, incluyendo la presunción de inocencia y el derecho a un proceso judicial justo".

El embajador hace un análisis de la Constitución y concluye que sólo el Poder Judicial puede determinar la remoción de un presidente y, en ese sentido, "nunca existió un pesaje público y formal de las pruebas, ni siquiera una apariencia de juicio justo".

Sin embargo, considera que Zelaya "parece" haber violado la Constitución en algunos aspectos, entre los que enumera: "negarse a presentar un presupuesto al Congreso, negarse a proveer fondos para el Congreso" y "desafiar el fallo de una corte competente" en la destitución del jefe de las Fuerzas Armadas, Romeo Vásquez Velásquez.

Empero, aunque reconoce que algunos de esos puntos pueden haber sido argumentos válidos para el golpe contra Zelaya, reitera que "la remoción por la fuerza por parte de militares fue claramente ilegal".

Considera injustificado haber sacado a Zelaya "de la cama en medio de la noche" y que la designación de Roberto Micheletti como presidente interino "fue totalmente ilegítima".

Enfrentado a una situación que consideró anticonstitucional, el "establishment volvió a caer en lo que ya conocían: la manera en que los presidentes hondureños habían sido removidos en el pasado: una carta de renuncia falsa y un billete sólo de ida a algún país vecino", concluye Llorens.

Los más de 250 mil informes y documentos revelados por Wikileaks dan cuenta del pedido expreso de Washington a sus embajadas de recolectar informaciones, algunas de carácter privado, como el número de tarjeta de crédito de personalidades extranjeras.

En otros casos, "solicita misiones generalmente asociadas al trabajo de la CIA", escribió hoy Le Monde, uno de los cinco medios escritos que accedieron a los documentos secretos. El diario francés precisa que "una directiva secreta firmada en julio de 2009 por la secretaria de Estado, Hillary Clinton, pide detalles técnicos sobre las fuentes de comunicación usadas por responsables de las Naciones Unidas, claves y códigos secretos".

La solicitud llega incluso hasta "números de cartas bancarias, correos electrónicos, números de teléfonos y números de tarjetas de fidelidad de compañías áereas de funcionarios de la ONU", precisa.

El diario británico The Guardian agrega que esa directiva pide datos del tipo de "estilo de trabajo y de toma de decisiones" del titular de la ONU, Ban Ki-moon.

Como única reacción, la ONU pidió respetar "los privilegios y la inmunidad" de sus miembros, que data de 1946.