Balotaje será con José Serra que obtuvo 32% de votos. (foto ansa)
Este 31 de octubre
SAO PAULO.- La candidata presidencial oficialista Dilma Rousseff venció las elecciones brasileñas con 46% de los votos, pero ese resultado, con un sabor amargo, la obligará a disputar un balotaje el 31 de octubre con el segundo ubicado, el opositor José Serra, quien logró el 32% de los sufragios.
Los brasileños decidieron en las urnas no transferir el 85% de popularidad de la que goza el presidente Luiz Lula da Silva a Rousseff, la candidata del Partido de los Trabajadores (PT), a quien las encuestas la ubicaron ganadora en primera vuelta en lugar de cuatro puntos atrás del objetivo.
La verdadera sorpresa de la eleccion fue Marina Silva, la ex ministra de Medio Ambiente de Lula, que logró 19% de los votos.
En las últimas dos semanas, según los analistas de encuestas, Silva le "robó" 7% de los votos a Rousseff.
El Partido Verde, diminuto hasta esta elección, había anunciado antes de la votación que apoyaría a Serra en segunda vuelta, pero todavía resta saber los movimientos de Silva, convertida en un árbitro del futuro político de Brasil a partir de 2011.
Silva fue primera en Brasilia y segunda en Río de Janeiro y Amazonas, rompiendo la polaridad entre el Partido de los Trabajadores (PT) de Rousseff y el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), de Serra, quien por su parte tiene el trabajo nada fácil de revertir una diferencia de más de 13 puntos con quien será su rival el 31 de octubre.
El presidente Lula, al votar en Sao Bernardo do Campo, Gran Sao Paulo, había minimizado la dificultad de enfrentar un balotaje. "Nunca gané en primera vuelta", recordó sobre sus pleitos definidos en balotaje en 2002 y en 2006.
Las últimas dos semanas son consideradas clave para entender por qué las encuestas se equivocaron sobre el balotaje: denuncias de corrupción hicieron renunciar a la jefa de ministros de Rousseff, Erenice Guerra, lo que inauguró un inédito choque de Lula con los grandes medios de comunicación, pidiendo que transparentaran su apoyo a Serra.
Y además, según Datafolha, en sectores evangélicos, la ex guerrillera Rousseff perdió la mitad del apoyo, luego de una campaña de difamación por Internet en forma anónima de que iba a legalizar el aborto y desprecia a Jesucristo.
El escrutinio estuvo marcado por la sorpresa causada por las diferencias de las encuestas con el conteo de votos: la cadena Globo, en un hecho inédito, demoró 50 minutos la difusión de la encuesta de boca de urna de Ibope, que dio a Rousseff 51%, lo que resultó errado.