El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) negó que la máxima representante de ese organismo, María Jesús Conde, abandonara el país por supuestas presiones de parte del Gobierno de turno.

Conde "está saliendo esta semana a la oficina regional de Unicef en Panamá para luego ocupar un cargo en Dominicana como parte de una rotación normal" que no "tiene nada que ver" con las declaraciones que brindó acerca de la mortalidad neonatales en Nicaragua, dijo a la AFP la vocera de Unicef en Nicaragua, Olga Moraga.

La revista Confidencial informó, que el Gobierno dirigido por Daniel Ortega, solicitó la "salida inmediata y sin hacer ruido" de Conde ante la advertencia que realizó sobre las muertes neonatales, las cuales según se publicó en los medios, pasó de 15 a 16 fallecidos por cada 1.000 nacidos.

Al día siguiente de publicado la noticia, el Gobierno manifestó “molestia”, ante las declaraciones de Conde, la cual rectificaron que el índice de muertes es de siete por cada mil nacidos.

Con esa situación, Conde, emitió un comunicado en la cual señaló que la “la versión divulgada por Efe no se corresponde con las declaraciones de la representante de Unicef y que los datos mostrados se refieren al período 2001-2007 y aparecen en la última Encuesta Nicaragüense de Demografía y Salud 2006/2007”.

Según Confidencial, sus fuentes diplomáticas consultadas, revelaron que Conde “recibió fuertes presiones y hasta amenazas del gobierno para que deje el país, lo más pronto posible".

Moraga reiteró que Conde se va porque "aplicó a un nuevo cargo en Dominicana".

Conde se retira del país momentos en los que Nicaragua pidió a la Organización de Estados Americanos (OEA), el retiro de su representante en Nicaragua, Pedro Vuskovic, ante presuntas actuaciones de "injerencia".