BENGASI, LIBIA.- Los aviones de la OTAN destruyeron 25 tanques de las fuerzas que respaldan al coronel libio Muammar Gadafi en dos operaciones militares, informaron fuentes oficiales, mientras que una delegación de presidentes africanos inició una mediación para obtener un cese del fuego.
Un portavoz de la OTAN dijo que 14 tanques fueron destruidos en la ciudad de Misurata y 11 en el camino que conduce a Ajdabiya, sin reporte sobre víctimas.
Los rebeldes confirmaron los ataques y aseguraron que "hemos constatado una mejora en la situación de nuestras posiciones después de la intervención de la OTAN en Misurata entre ayer y esta mañana".
Los rebeldes y fuentes sanitarias confirmaron que al menos 23 personas, entre pobladores civiles y combatientes, murieron desde el sábado en las ciudades libias de Misurata y Ajdabiya, donde están en curso combates con fuerzas que respaldan a Muammar Gadafi.
Los cuerpos de nueve rebeldes muertos en la zona de Ajdabiya, en el este del país, fueron llevados al hospital Jala de Bengasi y otros tres a la unidad sanitaria Al Hawari.
Al menos 17 heridos fueron asistidos en esos centros sanitarios.
Otras 11 personas, entre ellas combatientes y civiles, fueron muertas según los informes por ataques de las fuerzas de Gadafi en Misurata, según fuentes sanitarias y de los grupos rebeldes.
Los grupos rebeldes libios a su vez informaron que mataron a 3 argelinos y capturaron a otros 15 en combates en la ciudad de Ajdabiya.
El portavoz de los rebeldes, Shamseddine Abdoulmolah, sostuvo que ninguno de ellos tenía documentación que acredite su nacionalidad, pero según manifestó "dijeron ser argelinos y tenían acento argelino".
Las últimas estimaciones indican que al menos 23 personas murieron, entre rebeldes y pobladores civiles, durante el fin de semana en los frentes bélicos de las ciudades de Misutara y Ajdabiya, donde se libran los combates.
Mientras prosiguen los combates, una delegación de la Unión Africana se reunió con el coronel libio Muammar Kadafi en un intento por mediar en el conflicto civil que atraviesa el país y conseguir un alto el fuego entre los rebeldes y el ejército regular, aunque se desconoce si alcanzó sus objetivos.
La delegación fue recibida por Kadafi en su residencia de Bab el Aziziya, donde tiene instalada una carpa, que fue el lugar elegido para reunirse con sus interlocutores.
El jefe de la delegación es el presidente sudafricano, Jacob Zuma, acompañado de los jefes de Estado de Mauritania, Mohammed Ould Abdel Aziz, de Malí, Amadou Toumani Touré, de Congo, Denis Sassou Nguesso, y el ministro de Relaciones Exteriores de Uganda, Henry Oryem Okello.
Los jefes de Estado arribaron al aeropuerto de Miitiga, vecino a Trípoli, tras reunirse el sábado, en Nouakchott, la capital de Mauritania, para acordar los objetivos de la misión.
La delegación de la Unión Africana tiene previsto trasladarse a Bengasi, la ciudad en manos de los rebeldes, ubicada a mil kilómetros de Trípoli.
El jefe del Consejo Nacional instituido por la oposición libia, Mustafa Abdel Jalil, desestimó la posibilidad de que el régimen de Muammar Kadafi acepte un cese del fuego y aseguró que el pueblo de su país "no olvidará" el apoyo de Italia para la protección de civiles.
A casi dos meses del inicio de la revuelta, el 17 de febrero, los días transcurren entre el martilleo de los cañones y los fusiles en una guerra de posiciones.
Esa guerra de posiciones se libra entre dos ciudades en manos de los rebeldes, Misutara y Ajdabiya, la última línea del frente en el camino que conduce a Bengasi.