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México es considerado por segundo año consecutivo como el país "más peligroso del mundo" para ejercer el periodismo, según el informe anual de la organización no gubernamental "Campaña Emblema de Prensa".
La organización tiene estatuto consultivo de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y fue fundada en 2004 por periodistas de varios países.
En su informe, ofrecido en Ginebra, Suiza, cifra en "al menos" 12 los periodistas asesinados en México en 2011 y lo relaciona con "la guerra entre el Ejército y los carteles de la droga en el norte del país".
Sin embargo, "el registro podría incluso ser más elevado si se tienen en cuenta numerosos casos no resueltos de desaparecidos", indicó la organización humanitaria que situó en 106 el número de periodistas asesinados en 39 países durante este año.
El informe refirió que América Latina fue el lugar más peligroso para el periodismo en 2011, con 35 profesionales asesinados durante el año.
Según la entidad, la evolución de la situación en América Latina es "inquietante", ya que además de los asesinatos de periodistas "se han multiplicado las amenazas y ataques contra los medios".
Añadió que "la libertad de prensa está amenazada en varios países debido a las maniobras de los gobiernos tendientes a controlar la información mediante el descrédito y la intimidación de los periodistas, el acoso sobre el plano judicial y la autocensura".
En 2010, 105 periodistas fueron asesinados, y 122 en 2009 (32 de ellos masacrados en un solo día en Filipinas), la cifra más alta desde que el entidad contabiliza este tipo de violencia.
"Este año ha sido particularmente peligroso para numerosos trabajadores de los medios, debido a los levantamientos en países árabes. Al menos 20 periodistas perdieron la vida en el ejercicio de su profesión durante la cobertura de estos acontecimientos", dijo el secretario general, Blaise Lempen.
"Otro centenar de representantes de los medios de prensa fueron objeto de ataques, acoso, detenciones, o resultaron heridos durante los sucesos en Egipto, Libia, Siria, Túnez y Yeme", agregó.
Pakistán repitió como segundo país más violento, con 11 periodistas asesinados, sobre todo en la frontera con Afganistán.
Le siguieron Irak y Libia, con siete periodistas asesinados, Filipinas, Brasil y Honduras (6 en cada uno), Yemen (5), Somalia (4), y Afganistán, Egipto, India, Rusia y Perú (3).
Dos periodistas murieron en Bahrein y Tailandia, y otros 23 profesionales de los medios de prensa fueron asesinados en otros tantos países y territorios: Argelia, Azerbaiyán, Bolivia, China, Colombia, Costa de Marfil, Gaza (territorio ocupado por Israel), Guatemala, Haití, Nepal, Nigeria, Nueva Zelanda, Uganda, Panamá, República Democrática del Congo, República Dominicana, El Salvador, Sierra Leona, Siria, Túnez, Ucrania, Venezuela y Vietnam.
En el caso de los países árabes, un año después del inicio de la revolución en Túnez que dio paso a la "Primavera Arabe", el progreso "ha sido lento sobre el terreno y los hábitos del pasado siguen restringiendo la libertad de expresión", según la entidad.
"Los jóvenes que se expresan a través de las redes sociales, en los blogs y en las calles continúan enfrentándose al uso de la fuerza", dijo la presidenta de la entidad, Hedayat Abdel Nabi.
Las mujeres periodistas en particular "han pagado un precio muy pesado en la 'Primavera Arabe', durante la cual fueron objeto de numerosos casos de violencia sexual en Egipto y Libia", declaró.
En el terreno positivo, destacó que hay una mayor toma de conciencia por parte de gobiernos y organizaciones internacionales sobre el hecho de que la profesión de periodista se enfrenta a riesgos mayores y debe beneficiarse de una mayor protección en razón de la multiplicación de los conflictos.