En el 2011 también se cumplen los 400 años del nacimiento del pintor Diego Quispe Tito, uno de los mayores exponentes de la pintura cuzqueña virreinal
A un mes de que Mario Vargas Llosa se convirtiera en la primera persona nacida en el antiguo imperio inca en recibir un premio Nobel, se celebra el centenario del nacimiento de José María Arguedas, otro gran novelista oriundo de la sierra sur peruana.
Arguedas nació el 18 de enero de 1911 en Andahuaylas (Apurímac), 25 años antes de que Vargas Llosa viniera al mundo en la aledaña Arequipa. La obra de Arguedas impactó en toda la literatura y antropología peruanas. Vargas Llosa escribió un libro sobre él, así como antes lo hizo sobre Gabriel García Márquez.
Mientras el escritor colombiano fue el primer novelista andino en ganar un Nobel, Arguedas, murió tempranamente (a los 58 años) y sus 400 trabajos tuvieron limitada difusión mundial.
A diferencia de Alcides Arguedas (1879-1946), el novelista boliviano más conocido y autor de ‘Pueblo Enfermo’, quien mostraba al indio con desprecio y quien fue condecorado por Mussolini, José María popularizó una serie de costumbres quechuas y fue un ícono del indigenismo.
En su libro ‘Yawar Fiesta’, el apurimeño describió la ‘fiesta sangrienta’ en la cual los campesinos colocan a un cóndor (que simboliza a su raza) sobre el lomo de un toro (animal que vino con los conquistadores) a quien termina matando.
La ‘Danza de las Tijeras’, quien fuera reconocida por la UNESCO como patrimonio cultural e intangible de la humanidad poco antes del centenario de JM Arguedas, le debe a él su actual nombre y su masiva difusión. Este baile de originarios diablos andinos lleno de acrobacias y coraje incluso se representó en su entierro.
En el 2011 también se cumplen los 400 años del nacimiento del pintor Diego Quispe Tito, uno de los mayores exponentes de la pintura cuzqueña virreinal, la cual combinaba estilos religiosos europeos (como el de Flandes) con flora y fauna andinas.
Quispe y Arguedas podrían disputar, respectivamente, el título de ser el mayor pincel o la mayor pluma provenientes de los quechuas. Los dos, no obstante, representaron dos tendencias contrapuestas dentro de los que se criaron en la más hablada lengua amerindia.
Quispe, quien provenía de la nobleza inca, desarrolló su arte a un siglo de la conquista buscando cristianizar, hispanizar y occidentalizar a los quechuas; en tanto que el mestizo Arguedas, cuyo apellido es el nombre de una ciudad de Navarra, quería que los Andes, a un siglo de su independencia de España, volviesen su mirada a sus raíces indígenas.
Mientras en su gran obra (el Zodiaco de la catedral de Cuzco) Quispe trata de mostrar la superioridad de la biblia sobre los astros reverenciados por los incas, Arguedas rescataba ritos precolombinos de su olvido.
La obra de Arguedas estuvo influenciada por su infancia, en la cual él sufrió el abuso de su madrastra y hermanastro (lo cual le llevó a escaparse a los 10 años y a convivir con los campesinos). Ello generó tanto ese gran apego que siempre tuvo a los quechuas, como también a varias causas de sus recurrentes ataques depresivos, el último de los cuales le empujó a quitarse la vida el 2 de diciembre de 1969.
Si él hubiese llegado a vivir unos 16 años más, como la edad que tuvo Vargas Llosa cuando recibió el Nobel, su producción hubiese sido más fructífera y galardonada.