Es necesario crear un sólido sistema alimentario que responda a una política de prevención oportuna
La mejor forma de evitar un problema es planear oportunamente una cartera de soluciones para evitarlo, es decir, la prevención se convierte en el mejor aliado de cualquier gobierno que no sólo se preocupa por administrar el presente de una nación, sino que con base en experiencias previas, puede aplicar políticas públicas dirigidas a la generación de un Sistema que resista no sólo las inclemencias de los mercados internacionales, sino que pueda encarar de manera correcta los infortunios de la naturaleza.
Es en esta planeación de tópicos imprescindibles que tienen que ver con la supervivencia, donde se inscribe la advertencia que este Reflector Mundial toma de Naciones Unidas hacia los distintos gobiernos del mundo en un tema por demás trascendente: la Crisis Alimentaria Global.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en 2009 “el número total de personas hambrientas alcanzó el millar de millones”. Los estudiosos sobre el tema prevén que un impacto de similares características podría ocurrir después de que se dio a conocer un nuevo aumento en los precios internacionales de los alimentos, como consecuencia de los distintos fenómenos naturales que han desvirtuado la producción agrícola alrededor del globo.
Este mismo órgano de la ONU ha reportado que de julio a septiembre de 2010 el precio internacional del trigo subió entre un 60% y un 80% como consecuencia de una sequia en Rusia. También ha expuesto que los precios del arroz y el maíz aumentaron, siendo diciembre de 2010 la fecha en que se alcanzó un nuevo tope en los precios internacionales de los alimentos, en comparación con los altos índices que se experimentaron durante el inicio de la crisis alimentaria de 2008.
Las consecuencias de una crisis alimentaria no se traducen simplemente en términos del aumento de los precios de los insumos básicos y la reducción sine quanon de su consumo, sino que invaden áreas prioritarias de la economía del hogar en distintos frentes, por ejemplo se experimenta un aumento del gasto destinado a la compra de los alimentos, si tomamos en cuenta que las clases menos favorecidas dedican entre el 60 y 80% de sus ingresos para cubrir este rubro, observamos por lo tanto un estancamiento económico que propicia la reproducción de la pobreza. Hay además una reducción en el número de comidas diarias, lo cual conlleva a la desnutrición, afecta la eficiencia académica y laboral, sin contar la disminución de los gastos en salud, el aumento en endeudamientos, una mayor recurrencia en participaciones dentro del sector informal y el aumento de la tensión en la masa social.
Es necesario por tanto crear un sólido sistema alimentario que responda a una política de prevención oportuna, la cual tome en cuenta la implementación de mayores presupuestos a la Planeación Agrícola Estratégica; propicie incentivos a la producción ecológicamente amigable, a las tecnologías de producción orgánica; conmine la reducción fiscal a personas morales que implementen programas de producción agrícolas basados en la eficiencia productiva; y haga valer los principios de sustentabilidad en las políticas públicas referentes al sector primario. Estás acciones no son el hilo negro para alejarse o resolver la Crisis Alimentaria, pero pueden ser un buen aliciente para empezar a combatirla desde ahora.