organizadoras latinoamericanas
coinciden en que es positiva. (foto ansa)
Tacones altos, faldas y escotes son los atuendos más elegidos por las mujeres a la hora de sumarse a la marcha
BUENOS AIRES. (ANSA)- Con vaqueros ajustados o minifaldas, tacones altos y escotes profundos, miles de mujeres se movilizan en todo el mundo sumándose a "La marcha de las putas", para exigir el respeto de la libertad de género y enfatizar que "no significa no".
"No importa la vestimenta, el lugar, ni la compañía; nada justifica la imposición de relaciones sexuales o el acoso sexual", recalcan las organizadoras de esta marcha, considerada un movimiento mundial.
Minerva Valenzuela, actriz mexicana y una de las promotoras de la marcha en su país, dijo a ANSA que "nos urge expresar que el acoso duele. Que duele también que las víctimas de acoso, abuso y hostigamiento sexual -físico y/o verbal- seamos juzgadas culpables. Debe quedar claro que las víctimas no somos culpables".
"La marcha de las putas" nació en abril en Canadá, cuando centenares de mujeres y hombres se manifestaron en Toronto bajo el lema "No es No", como repudio a las declaraciones de un policía que durante una conferencia universitaria en la ciudad de Toronto dijo que "las mujeres deberían dejar de vestirse como putas para evitar violaciones".
En poco tiempo, la idea se expandió y otros países adoptaron la causa, organizándose a través de las redes sociales Facebook y Twitter para adherirse al reclamo.
Las personas que se suman a la iniciativa aspiran a romper con el estigma que persiste en muchas sociedades de que las mujeres abusadas o violadas son responsables por tener "actitudes o prendas provocativas", el famoso y despreciable "algo habrán hecho".
"Queremos dejar claro que la palabra puta no es la que denigra, sino quienes la usan. Se trata también de reivindicar la palabra que además es una ofensa para las mujeres independientemente de la actividad comercial de vender el cuerpo", afirmó a ANSA Karla Elizabeth Martínez Lozano, una de las organizadoras de la marcha en la capital hondureña.
"Estamos cansadas de ir por la calle y que nos violenten con frases disfrazadas de piropos, pero el paso más importante es que pasamos de vivir soportándolo, de vivirlo en silencio a denunciarlo sin miedos, a poder gritarlo. Es la primera vez que se hace algo así en Honduras", dijo Martínez Lozano. México DF, Tegucigalpa, Buenos Aires y Matagalpa, en Nicaragua, son algunas de las ciudades latinoamericanas en donde las mujeres se están organizando para adherirse al movimiento.
En la capital hondureña y en Matagalpa, a dos horas de Managua, la marcha está prevista para el sábado a las 11 de la mañana y se esperan alrededor de mil personas.
En México DF la marcha partirá el domingo desde la Glorieta de la Palma y, según su sitio en Facebook, asistirán más de 7.000 personas.
Flavia Baca Hubeid, una de las organizadoras de la marcha en Buenos Aires, dijo a ANSA que "lo que va a quedar en claro con esta marcha es que las mujeres estamos cansadas de callarnos y ya no tenemos miedo de salir a la calle y reclamar por un derecho tan básico como es el respeto". Baca Hubeid, estudiante de letras de 24 años, apuesta a que luego de la marcha "la gente en general aprenda a dejar de justificar la violencia de género por cómo nos veamos, la edad que tengamos o en dónde estemos".
En Buenos Aires aún no definieron la fecha de la marcha, pero estiman realizarla la segunda semana de julio hacia el Congreso de la Nación.
Tacones altos, faldas y escotes son los atuendos más elegidos por las mujeres a la hora de sumarse a la marcha, pero no es obligatorio vestirse de una manera determinada.
"Yo quiero ir bien puta! Porque así me siento sexy y así me siento libre y protesto porque quienes decidamos hacerlo seamos violentadas", dijo Martínez Lozano al invitar a todas las mujeres a que ese día luzcan la ropa que "se queda guardada en nuestros armarios, porque no tenemos la libertad de ponérnosla".
Por su parte, Edurne Larracoechea Bohigas, miembro de la Red de Mujeres de la ciudad nicaragüense de Matagalpa, dijo que en lo que va del año se cometieron 40 femicidios en su país, según datos de la Red de Mujeres Contra la Violencia.
"En Nicaragua el acoso en la calle es una constante. Las mujeres no podemos salir sin recibir el acoso constante de los hombres", dijo Larracoechea Bohigas, de 33 años de edad.
Consultadas sobre la respuesta de los hombres, las organizadoras latinoamericanas coinciden en que es positiva porque demuestran interés en sumarse a la marcha, que plantea un cambio cultural general.
"No nos digan a nosotras cómo debemos vestirnos, díganles a los hombres que no violen"; "Todas somos putas" y "Cómo me visto no es una invitación", se leía en los carteles que mostraban las mujeres en Sao Paulo, Londres, Seattle, Boston, Philadelphia Amsterdan y en tantas otras ciudades donde "La Marcha de las Putas" recalcó que "no significa no".